El Periódico Extremadura

El Cacereño saborea su liderato El equipo de Julio Cobos supera al Montijo con gol de Alex Caramelo en un gran inicio

- JOSÉ MARÍA ORTIZ deportes@extremadur­a.elperiodic­o.com SEGUNDA PARTE

El Cacereño recobra su credibilid­ad, puesta en cuestión justamente hace una semana en Navalmoral de la Mata. Un gol a modo de premio tras un muy buen inicio de Alex Caramelo resultó determinan­te en el éxito local ante el Montijo (1-0), rival directísim­o al que coge la delantera a falta de cuatro encuentros y con dos plazas con premio máximo. El proyecto del decano extremeño enfila la recta final hacia el objetivo, que en absoluto tiene conquistad­o, pero sí encauzado, en el horizonte del mes de mayo. Y el del ambicioso Montijo, ahora a un punto del CPC, también. Pero los dos deben remar aún.

En un duelo de gigantes de la categoría, a los de Julio Cobos les bastó su proverbial empuje de los 20 mejores minutos de la temporada para conquistar tres puntos mortales de necesidad en el momento clave del año. En comunión perfecta con la grada y como poseído en su actitud, sometió al grupo de Juan Marrero en lo que suele dar rédito en el fútbol: la fe combinada con el talento.

En un campo pesado pero permitiend­o la rapidez de las transicion­es, el Cacereño ganó todas las disputas en este tramo por pura convicción. Se imponía en cada balón dividido y triangulab­a con clarividen­cia guiado por Jorge Barba, de nuevo espléndido en términos de inteligenc­ia futbolísti­ca y sobrado en el regate. Qué jugador, este domingo el mejor junto al lateral Ocaña.

Y en el minuto 3 la presión de Alex Caramelo en el área visitante hizo que el extremo recogiese el balón, hiciera un par de amagos y rematara a gol ante un Sergio Tienza que encajaba su sexto tanto en lo que va de temporada. Algo más que un tanto. Mucho más

Dani Gallardo y Pablo Platero se abrazan tras conseguir el triunfo.

que un 1-0. Era un golpe moral importante en las entrañas visitantes, de puesta en escena timorata.

La clave era la actitud, pero también la propuesta. Dani Gallardo, zurdo como titular en la banda derecha ante las dudas físicas de Raúl Espinosa, pudo hacer

el 2-0 muy poco después, aunque su envenenado disparo se fue a la madera. El CPC era el amo del juego ante la caraja montijana.

Se fue entonando el cuadro de Vegas Bajas conforme iba transcurri­endo el duelo. Pura lógica ante el equilibrio de fuerzas de dos plantillas de Segunda B más que de Tercera División.

Ya no gobernaba tan a sus anchas el decano cuando se aplicó el Montijo, que sin embargo apenas hacía daño en ataque mucho más allá de la amenaza en banda de Samu Manchón o algún control de espaldas de Espinar en el área, con una caída discutible en esa zona que fue discutida.

Impecables Carlos Daniel y Marvin y sobresalie­nte Ocaña en la banda izquierda, el Cacereño prefirió el juego de contragolp­e con las bandas de Teto y Caramelo. Todo ello, sostenido por Rubén Sánchez, el stopper para todo del equipo verde que continúa siendo imprescind­ible ejerciendo de Casemiro por su tremenda efectivida­d táctica.

El partido tomó el camino del equilibrio para el resto, aunque con más amenaza de los locales, también en el segundo tiempo. El partido era gobernado emocionalm­ente por un Cacereño aplicado en defensa ante un Montijo al que le fallaba el último pase y no encontraba su fuerte en el juego de estrategia por la fortaleza de futbolista­s capitales en esa faceta física, como Javi Chino, Espinar, Eric o Gianoli.

El encuentro decayó en las áreas. A medida que se acercaba el final había menos alegría en el toque y más rigor en la colocación de los futbolista­s.

Los cambios sentaron bien al Cacereño con la entrada de Pablo Platero y Segura, especialme­nte. El equipo verde no pasaba apuros porque su rival carecía de profundida­d, demasiado dependient­e de las estériles acometidas por la izquierda del Gideón, un jugador siempre amenazante.

El Cacereño tuvo algunas situacione­s para sentenciar, especialme­nte en las botas de Platero, que se inventó un disparo a la escuadra, cuyo rebote mandó al infinito Capelo, lastrado en la definición por su trabajo estajanovi­ta en favor del equipo .

La tuvo el Montijo tras una salida en falso de Bernabé en los estertores del duelo, pero en realidad ocurrieron muy pocas cosas en ese tramo, con la grada empujando al equipo local y la explosión final para ganar un partido que de nuevo sitúa a los verdes en la mejor de las condicione­s para conseguir la meta.

Siguen siendo aún los dos favoritos para el ascenso directo, pero ninguno de los dos debería relajarse lo más mínimo. El fútbol depara sorpresas desagradab­les cuando menos se espera.

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