Un `outsider' con la ambición de ser Al Sisi
El presidente tunecino, Kais Saied, es un ultraconservador que llegó al poder entre críticas por unos modales incómodos en público y por su severidad, es apodado el Robot, además de mostrar una preferencia por un estilo ultraformal del árabe clásico. Saied es el segundo presidente democrático en Túnez tras la Primavera Árabe, en 2011. Este antiguo profesor y abogado fue uno de los asesores de la Constitución tunecina de 2014.
Saied venció en las elecciones de 2019. Durante la campaña electoral se presentó como una fuerza de cambio y un enemigo de la corrupción que tanto ha ensombrecido a la clase política de su país. Apenas gastó dinero en la carrera presidencial, con un equipo básico de asesores y voluntarios, ganándose el respaldo de izquierdistas, islamistas y jóvenes por igual. Sus partidarios dijeron que gastó tan poco en las elecciones que solo le costó el precio del café y los cigarrillos que consumió al reunirse con los tunecinos, y lo presentaron como un modelo de integridad.
El hecho de participar en distintos debates televisivos como tertuliano contribuyó en aumentar su popularidad. Él mismo definió su triunfo en las urnas como «una nueva revolución». Pero una revolución conservadora: durante la campaña electoral prometió retomar la pena de muerte.
Como presidente, Saied no tardó en enemistarse con los dos primeros ministros que surgieron tras la compleja formación de la coalición. La mayor disputa fue con el partido islamista moderado Ennahda y su líder Ghannouchi
En la presidencia se encontró atado a una Carta Magna que solo da al presidente poder directo sobre el Ejército y la política exterior. La administración diaria está en manos del Gobierno, responsable ante el Parlamento. Así, pese a ser uno de los creadores de la Constitución, Saied no oculta su deseo de crear una nueva Carta Magna que sitúe al presidente en el centro de la escena, lo que lleva a sus críticos a acusarle de querer emular al presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi.