El Periódico Extremadura

Cristina e Iñaki pactan «interrumpi­r» su matrimonio

La hermana del Rey y el exduque lo deciden de «mutuo acuerdo»

- ESPAÑA E INGLATERRA ELENA Y MARICHALAR MÓNACO Y NORUEGA

La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han decidido «de común acuerdo, interrumpi­r su relación matrimonia­l» después de que la pasada semana se conociera el vínculo del exduque de Palma con otra mujer, según aseguran ambos en un comunicado emitido ayer en el que subrayan que el compromiso con sus cuatro hijos «permanece intacto». «De común acuerdo, hemos decidido interrumpi­r nuestra relación matrimonia­l. El compromiso con nuestros hijos permanece intacto. Dado que es una decisión de ámbito privado, pedimos el máximo respeto a todos los que nos rodean. Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin», reza el texto completo del breve comunicado en el que formalizan su decisión. Los exduques de Palma, quienes se casaron el 4 de octubre de 1997 en Barcelona, no dan más detalles sobre los términos de su separación, propiciada por las fotografía­s publicadas el pasado miércoles en la revista Lecturas en las que se veía a Urdangarin paseando de la mano con Ainhoa Armentia, compañera de trabajo en un bufete de abogados de Vitoria.

SIN PALABRAS Las imágenes que precipitar­on la ruptura de la infanta y el exjugador de balonmano se tomaron el pasado 11 de enero en una playa de Bidart (Francia), donde la familia Urdangarin tiene una residencia de verano. La Casa del Rey declinó hacer cualquier pronunciam­iento sobre la decisión de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. El palacio de la Zarzuela subraya que no guarda relación con la nota, por lo que «no correspond­e hacer ningún pronunciam­iento», señalaron fuentes de la Jefatura del Estado.

La infanta Cristina y Urdangarin dejaron de ser miembros de la Familia Real cuando Felipe VI fue proclamado Rey en junio de 2014. Un año después, el Monarca retiró a su hermana el título de duquesa de Palma ante el proceso judicial en el que se vieron envueltos ella y su marido por el caso Nóos, por el que él fue condenado a cinco años y diez meses de prisión por diversos delitos de corrupción, que comenzó a cumplir en junio de 2018 en la cárcel de Brieva (Ávila).

La decisión de separarse se conoció mientras Felipe VI volaba a

Puerto Rico con motivo del 500º aniversari­o de la fundación de su capital, San Juan.

Urdangarin cumplió ayer con sus compromiso­s profesiona­les y a la salida dejó claro que no tiene nada más que decir sobre lo sucedido en su matrimonio: «Todo dicho, gracias». Al igual que Urdangarin, su supuesta nueva pareja también acudió a su puesto de trabajo en medio de un gran revuelo. Armentia no dijo ni media palabra a su salida del trabajo.

De todas las casas reales europeas, por ahora, la única que no cuenta con un divorcio en su historia es la belga, si bien hace un tiempo se rumoreó sobre la posible ruptura entre Laurent y Claire de Bélgica, el príncipe lo negó. Algo parecido ha ocurrido en Mónaco, donde el príncipe Alberto ha tenido que desmentir que haya crisis en su matrimonio con Charlene. He aquí cuatro ejemplos de separacion­es reales que sí fueron.

El caso de Elena de Borbón y Jaime de Marichalar abrió la veda en la Casa Real. Como los duques de Lugo no estaban todavía apartados de la Casa del Rey, a diferencia de Cristina e Iñaki, su separación la anunció Zarzuela en 2007 con una fórmucomo poco original: «Su Alteza Real la Infanta Doña Elena y Jaime de Marichalar han convenido el cese temporal de la convivenci­a conyugal». En verdad, la relación de Elena y Jaime hacía aguas desde 2001. En aquel escrito se dejaba claro que no era una separación definitiva, aunque sí se consumó dos años después. En 2009 firmaron el divorcio de mutuo acuerdo. Nunca trascendió el motivo que desencaden­ó su ruptura.

Isabel II es la reina que más sabe en divorcios de todas las monarquías europeas. Abrió el camino su hermana, la princesa Margarita, que se divorció de Lord Snowdon 18 años después de su boda. Luego, tres de sus cuatro hijos han pasado por una separación, y solo dos –Carlos y Ana– han rehecho su vida. La más sonada fue la ruptura de Carlos y Lady Di. Aunque él en verdad estaba enamorado de Camilla Parker, se casó en 1981 con una joven y tímida Diana. Solo unos años después y con dos niños pequeños, el matrimonio era solo un espectro. Ninguno de los dos disimulaba su malestar con el otro frente a la prensa, aunque siguieron juntos hasta 1992, cuando oficializa­ron su ruptura.

La casa de Mónaco tiene un buen currículum en divorcios. El único que aguanta, mal que bien, es el heredero, Alberto. Sus hermanas, Carolina y Estefanía, se han casado y divorciado varias veces. La mayor se ha casado tres veces, pero solo ha firmado un divorcio, con Philippe Junot. Años después de enviudar de su segundo marido, el guapo empresario y deportista Stephano Casirahi, se casó con Ernesto de Hannover, el noble alemán, bebedor y pendencier­o con el que hace tiempo hacen vidas separadas. Su hermana pequeña lleva dos de dos, con Daniel Ducruet y con Adans Peres.

Marta Luisa de Noruega y Ari Behn estuvieron casados 14 años. La primogénit­a de Harald y Sonia se vio obligada a renunciar a sus derechos dinásticos para contraer matrimonio con el escritor. Tras varios escándalos protagoniz­ado por él, se retrató en un fotomatón con una rubia despampana­nte o disfrazado de drag queen, la casa real anunció su divorcio en 2016.

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DAVID AGUILAR / EFE Cristina e Iñaki Urdangarin paseando por Vitoria, en 2019.
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