La familia de Iván defiende que «le tendieron una trampa»

Las pruebas muestran que ha sido un asesinato «claro y limpio», apuntan

La familia de Iván Toribio, el joven cacereño que murió apuñalado en una corrala de Madrid en 2020, asegura que los testimonios y las pruebas de los peritos son concluyentes y demuestran que «fue un asesinato claro y limpio». El juicio, que arrancó la semana pasada en la Audiencia Provincial de Madrid dos años después de que se produjeran los hechos, se reanudó esta semana con las declaraciones de los agentes de la Guardia Civil que accedieron a los móviles de los acusados y los peritos que investigaron las circunstancias de su muerte.

En declaraciones a este diario sostienen la postura de que «fueron a por él, se ganaron su confianza y le tendieron una trampa» porque «querían quitarle una casa que él había pagado». «Él estaba sentado en un sofá, discutieron, luego otra persona le soltó un guantazo, acto seguido cogieron los puñales de la pared y se los clavaron en el corazón y cuando se desplomó le dieron con el machete en la cabeza», expone como reconstrucción de los hechos su hermano Adán. En relación al avance de la vista, fuentes de la familia ponen de manifiesto que se encuentran «destrozados». «Vamos a llevar la cruz de por vida, cada día que pasa es más duro, ver que se lo han llevado injustamente», lamenta mientras incide en que los testimonios de los peritos durante el juicio han dejado claro que él «no tenía nada que ver con el pago de unas deudas y ni con temas de drogas». «Se ha demostrado que mi hermano Iván no era un delincuente», concluye.

Apunta además su hermano que el joven cacereño «nunca ha tenido problemas con nadie». «Iván no tenía nada malo, nos consta además que le había dado de cenar a los hijos de los que le apuñalaron», pone de relieve.

En cuanto a las expectativas sobre el juicio, la familia expone que su intención es que «el jurado vea que Iván fue asesinado» y que la fiscalía pida también pena por asesinato. La familia pide 25 años de cárcel para cada uno de los dos acusados, Libertad V. y Ramón M., por un delito de asesinato recogido en el Código Penal y el ministerio público pide 15 años de prisión para cada uno por un delito de homicidio.