El Periódico Extremadura

Urdangarin se despidió de Cristina en Suiza

`Lecturas' fotografía el abrazo con su hijo Miguel

- MIL KILÓMETROS EN COCHE PABLO TAMPOCO LA CONOCE

Tras el bombazo, el miércoles 19, de las fotografía­s de Iñaki Urdangarin en las que se destapaba su relación extramatri­monial con Ainhoa Armentia, la revista Lecturas volvió ayer a la carga con un nuevo capítulo de la ruptura real. Las nuevas fotos exclusivas del viaje secreto a Suiza del fin de semana para dar explicacio­nes a la infanta Cristina, unas horas antes del comunicado conjunto con el que los exduques de Palma, el lunes, expresaban «de común acuerdo interrumpi­r su relación matrimonia­l» y mantenían «el compromiso» con sus hijos. En la portada precisamen­te un gesto. Un conmovedor y, según detalla la revista, «largo abrazo» de Iñaki Urdangarin a su hijo Miguel, y en una foto más pequeña, la hermana de Felipe VI, saliendo de su portal, en Ginebra.

Según recoge la publicació­n, el anuncio del todavía matrimonio surgió tras un fin de semana crucial en el que el exdeportis­ta viajó en secreto a Ginebra, donde reside la infanta con la benjamina de la familia, Irene, para reunirse con su mujer y sus hijos tras la publicació­n de las fotos del paseo cogi-* dos de la mano en Bidart, en el País Vasco francés.

El reportaje cuenta que el pasado viernes por la mañana, antes de que el resto de sus compañeros, Urdangarin abandonó a las 12.30 horas el despacho de abogados en el que trabaja en el centro de Vitoria y en el que conoció a la administra­tiva Ainhoa Armentia. El vasco tenía por delante un largo viaje en coche, más de mil kilómetros. La cumbre familiar tuvo lugar en la casa en la que Cristina vive con su hija Irene, de 16 años, en la ciudad suiza. Tal como desvelan las imágenes de Lecturas, Miguel Urdangarin (19), el tercero de los cuatro hijos del matrimonio, viajó desde Londres –donde estudia Ciencias del Mar– para estar en la reunión familiar. El domingo por la mañana, antes de su vuelta a España, Urdangarin lo dejó en el aeropuerto y se fundieron en ese abrazo de despedida que aparece en la portada.

El exduque, que tiene un tercer grado penitencia­rio y necesita un permiso judicial para abandonar el país, recorrió en unas 10 horas los 1.039 km que separan Ginebra de Vitoria. El domingo por la noche ya estaba de vuelta en casa de su madre, Claire Liebaert, donde reside desde que salió de prisión. Liebaert, ayer en Vitoria, aseguró a los medios, en el primer día que salía de casa después de conocerse la noticia, que «todo está bien» y dijo no conocer a Ainhoa Armentia.

El resto de hijos de la infanta Cristina y el exdeportis­ta residen en España. Juan, el mayor, de 22 años, en Madrid, y Pablo, que juega a balonmano en el F.C. Barcelona, en el mismo equipo que lo hizo su padre, en Barcelona.

Pablo fue el primero de los hijos en romper su silencio, el mismo día que saltó la noticia. «Son cosas que pasan» y «nos vamos a querer igual», fueron sus respuestas ante las preguntas de los reporteros. Su actitud como portavoz de la familia ha sido elogiada por todos los medios. El segundo hijo de Cristina e Iñaki desmintió ayer que él o sus hermanos conozcan a Ainhoa Armentia. «No. Ya está todo dicho y está todo bien». De nuevo, con exquisita educación, el deportista atendió a los medios en el aeropuerto de El Prat rumbo a Málaga con el Barça B de balonmano. Aseguró que él está «muy bien» y también desveló cómo se encuentra su madre, la infanta Cristina, desmintien­do que esté «hecha polvo» y «destrozada» como apuntan fuentes cercanas a la hermana de Felipe VI. «Está bien, está bien», repitió el joven.

 ?? JOSÉ RUIZ / EUROPA PRESS ?? Iñaki Urdangarin, junto a un periodista, ayer a su salida del despacho de abogados de Vitoria donde trabaja.
JOSÉ RUIZ / EUROPA PRESS Iñaki Urdangarin, junto a un periodista, ayer a su salida del despacho de abogados de Vitoria donde trabaja.
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