El desafío de un ‘oso’ impasible y reservado
A punto de cumplir los 26, el moscovita busca el segundo Grand Slam de su carrera
Parece impasible, tímido y reservado. Su cara pocas veces delata lo que está pasando por su cabeza. Daniil Medvedev es frío cuando juega y su tenis es tan contundente como mecánico, pero le cuesta poco sacar un fuerte carácter si lo necesita. Disfruta leyendo, jugando al ajedrez o a la Playstation con la que ha competido en torneos de videojuegos. Sus compañeros lo apodan el oso (medvev, en ruso) y como un oso, y no de peluche, es capaz de tumbar al rival de un solo zarpazo con la raqueta o bramar enfadado si se siente maltratado .
Jaume Campistrol, el juez de silla catalán del partido contra Stefanos Tsitsipas, lo pudo comprobar y lo sufrió ayer en directo cuando el tenista ruso explotó protestando por el comportamiento del padre del jugador griego que no paraba de hablar y dar consejos a su hijo.
«¿Eres estúpido?, ¿no lo ves? Su padre le está hablando durante cada punto. ¿Vas a responder a mi pregunta? ¡Mírame, te estoy hablando! ¿Dios mío cómo puedes ser tan malo y estar arbitrando una semifinal de Grand Slam», le soltó Medvedev indignado, antes de marcharse a los vestuarios para cambiarse de ropa tras perder el segundo set. Fue una protesta furibunda que le habría hecho merecedor de la misma sanción que Medvedev pedía para el padre de Tsitsipas. Al final del partido se disculpó.
Medvedev puede ser tan desagradable como ocurrente y divertido como cuando celebró su victoria en el Abierto de Estados Unidos tirándose al suelo, como si lo hubieran matado, ante un Novak Djokovic al que había arrebatado, con una lección de tenis, la posibilidad de ganar el Grand Slam (los cuatro grandes en un año) y el 21º de su carrera.
Recordando a Djokovic
De Djokovic se acordó en el partido de cuartos ante Felix AugerAliassime cuando estaba dos sets abajo. «Me pregunté qué haría Nole, en esa situación. Y me dije: `Voy a hacer que trabaje'», bromeó tras levantar un match ball y conseguir la victoria. «No estoy cansado», afirmó desafiante cuando abandonó la pista.
Si Medvedev gana el título le arrebatará el número 1 mundial a Djokovic, algo que ni podía soñar cuando, a los nueve años, se apuntó a clases de tenis viendo un anuncio en la piscina en la que sus padres, Sergey y Olga, lo llevaban a natación.