Benidorm Fest: las ocho canciones de la gran final
Ritmos, perreo empoderado, himnos a la maternidad, baladas, `new ▶ age', tribales, pop moderno... así son los temas que han sido elegidos
Esta noche (22.05 horas) llega la final donde saldrá la canción elegida para representar a España en el Festival de Eurovisión, el próximo 14 de mayo en Turín. Y la vencedora de este Benidorm Fest que ha levantado la moral musical del país gracias a la apuesta, acertada, de RTVE, como se ha visto en las dos galas de este semana. Repasamos las ocho propuestas.
Blanca Paloma con Secreto de agua.
Aunque arranca con mística jonda
como la Rosalía de antes, este tema muta en un cántico new age de bello giro melódico y densidad atmosférica, con el que la ilicitana Blanca Paloma clama por desentrañar un misterio insondable. La artista ha trabajado como escenógrafa y responsable de vestuario en producciones teatrales mantenía una carrera musical enrolada en grupos de discreta proyección hasta que RTVE le encargó el año pasado una canción para la banda sonora de la docuserie Lucía en la telaraña. El resultado, la intrigante Secreto de agua, con una sencilla puesta en escena.
Chanel con SloMo. La vencedora de la primera semifinal. Abran paso al dembow, ritmo tropical emparentado con el reguetón, aquí en la sensual voz y elástico cuerpo de Chanel Terrero, y que aquí nos advierte de sus intenciones: «ready pa' romper cadera', romper corazone». Nacida en La Habana en 1991 y residente en Olesa de Montserrat desde los 4 años, Chanel Terrero se ha convertido en un nombre destacado en el teatro musical de la última década (ha participado en El guardaespaldas, Flashdance, El Rey León y Mamma Mia!. Su energética SloMo es su trampolín hacia una nueva carrera como cantante solista.
Gonzalo Hermida con Quién lo diría. Que por seguir confinado por el covid tampoco podrá actuar y se verá de nuevo su videoclip. Baladón de estribillo arremolinado y en crescendo, con sentidas especulaciones metafísicas sobre «lo que no pudo y lo que pudo ser». El compositor y cantante gaditano se hizo un nombre escribiendo canciones para Malú, Antonio José e India Martínez antes de estrenarse como intérprete en 2017. Desde entonces ha hecho compatible una exitosa trayectoria en solitario con trabajos como productor, compositor y arreglista.
Rayden y Calle de la Llorería.
Un puesta en escena contagiosa la de Rayden y sus barbudos. Este tema tiene miga, aunque su intensa narrativa sea de incierta descodificación entre la audiencia europea. Envuelto en palmas y percusiones, David Martínez radiografía los males modernos defendiendo la inseguridad y la vulnerabilidad, y mandando a ofensores y a ofendidos «a llorar a la Calle de la Llorería».
Campeón mundial de la Red Bull Batalla de los Gallos en 2006, David Martínez Álvarez, Rayden, es un rapero del que se diría que tiene vocación de ingeniero, por los puentes que ha tendido a lo largo de su carrera entre el hip-hop y otros géneros musicales.
Rigoberta Bandini y Ay mamá. La ganadora de la segunda semifinal y gran favorita con su gran himno. La barcelonesa Paula Ribó, exThe Mamzelles (envàs, on vas?), reivindica hábilmente la maternidad y la lactancia en espacios públicos («no sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas / sin ellas no habría humanidad ni habría belleza») invocando la imagen pictórica de la Marianne de Delacroix. Estribillo largo e invasivo sobre un pop eurodance con grandes expectativas. Y una puesta en escena en familia, todos de blanco, descalzos y con una bola del mundo convertida en una gran teta.
Tanxugueiras, con Terra.
Este trío de pandereteiras de Teo (A Coruña) se propone llevar el gallego a Eurovisión y mueve pieza a favor de las lenguas cooficiales (y más allá: repite la frase «non hai fronteiras» en catalán, euskera, castellano y asturiano) a lomos de un poderoso canto tradicional, el alalá. con una puesta en escena tribal y potente. Si acabaran yendo a Turín, sería la primera vez que RTVE acude al festival en un idioma que no fuera el español. Tanxungueiras son la gemelas Olaia y Sabela Maneiro y Aida Tarrío, que llevan desde 2016 explorando los frondosos caminos del folclore gallego.
Varry Brava con Raffaella.
Astuta jugada, la de esta cachonda panda de fans de Barry White y Mina, al hacer la pelota al país anfitrión con un simpático homenaje a la Carrà bajo el signo de la bola de espejos y cuya letra combina unos «pa-pa-pa-pará» muy camp con rimas cañí: «te quiero / torero». En sus 12 años de carrera, Varry Brava han ido arrinconando sus influencias más nuevaoleras para abrazar sin complejos el baile y la bola de espejos. Su quinto elepé, último hasta la fecha, se titula Hortera, toda una declaración.
Xein, con Eco. El madrileño Alejandro Agudín prueba suerte con este número pop modernete, de fibras electrónicas y estribillo autocompasivo: Xeinn se siente «como un muñeco, un zombie detrás de un eco», buscando por las esquinas a su media naranja. Pero no lo subestimaremos: uno de sus coautores resulta ser el sueco Thomas G:son, que se anotó la victoria de Loreen con Euphoria, aunque de eso ya hace diez años.
Arribas es un joven de Vallecas que estudió Ciencias Políticas antes de decidir centrarse en la música, vocación que ya le había llevado al plató de Got Talent, donde fue eliminado por negarse a prescindir de su guitarrista. Tres años después de debutar con un epé en 2018, ha publicado su primer álbum, cantado principalmente en inglés. No es el caso de Eco, su apuesta para Benidorm: «sonido internacional», sí, pero letra en castellano.
Las dos semifinales de esta semana han demostrado que la apuesta de RTVE ha sido un acierto