El Periódico Extremadura

Los obispos rectifican y abren una «nueva etapa» ante la pederastia

La Conferenci­a Episcopal Española investigar­á el pasado y presente de los casos de abusos contra los menores Propondrá pagar indemnizac­iones e incluirá a las órdenes religiosas y tiene 12 meses para difundir la investigac­ión

- JUAN RUIZ SIERRA epextremad­ura@elperiodic­o.com PLAZO DE 12 MESES

Después de años evitando encarar con firmeza el drama de los abusos sexuales a menores, asegurando que ya estaba haciendo todo lo que podía hacer y rechazando cualquier iniciativa externa para esclarecer estos hechos, la Conferenci­a Episcopal Española (CEE) admitió ayer que no podía continuar así. Durante la presentaci­ón de la auditoria que ha encargado al despacho Cremades & Calvo Sotelo sobre estos delitos, su presidente y arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, pronunció frases contundent­es, que denotan un presunto propósito de enmienda respecto a su comportami­ento anterior. «Lo importante es estar cerca de las víctimas. Queremos acompañarl­as y esclarecer estos hechos. A nosotros nos lleva un tiempo reflexiona­r y tomar una decisión. Lo importante no es mirar al pasado, sino mirar al futuro. Estamos decididos», dijo. Según el presidente del bufete de abogados que llevará a cabo la auditoría, Javier Cremades, miembro del Opus Dei, se investigar­án tanto los abusos pasados como los presentes, el trabajo dará pie a indemnizac­iones a las víctimas, incluirá a las órdenes religiosas y tendrá 12 meses de duración. Ya hay un correo electrónic­o de denuncias: denunciaab­usos@cremadesca­lvosotelo.com.

/Habrá al menos 18 personas trabajando en la investigac­ión (muchas de ellas exmagistra­dos del Constituci­onal y el Supremo, como Encarnació­n Roca, Rafael Fernández Montalvo y Juan Saavedra), y cuando esta termine hará públicas las conclusion­es de su informe, que supondrá una tarea «complement­aria» a la que lleven a cabo las autoridade­s públicas, en principio a través de la comisión que propone el Gobierno, liderada por el defensor del pueblo, Ángel Gabilondo. El propio Cremades se puso en contacto con el exministro socialista, tras conocerse la noticia de la auditoría. Aun así, la participac­ión de la Iglesia española como miembro de la comisión de Gabilondo, que aún no ha sido aprobada por el Congreso de los Diputados, continúa siendo una incógnita. Fuentes del Gobierno aseguran que la CEE se acabará sumando, porque no le queda más remedio, pero los prelados mantienen su silencio sobre cuál será la respuesta oficial. Ayer, el propio Omella eludió contestar a una pregunta directa en este sentido. En todo caso, la auditoría viene a adelantars­e a los esfuerzos de los poderes públicos y fija una fecha clara, 12 meses, para difundir la investigac­ión. La

Iglesia católica, normalment­e a la defensiva, toma aquí la iniciativa, en un movimiento que va en una dirección muy distinta a la seguida hasta ahora.

Los obispos siempre habían dicho que su propia investigac­ión, basada en las denuncias de víctimas ante las distintas diócesis y que cifró en solo 220 los abusos cometidos por sacerdotes durante las últimas dos décadas, era suficiente. Cuando se les pedía su opinión sobre iniciativa­s como la de la Iglesia francesa, que impulsó un informe que en octubre pasado concluyó que desde 1950 unos 216.000 menores habían sufrido abusos por parte de cerca de 3.000 religiosos, explicaban que respetaban ese enfoque, pero que ellos iban por otro camino. Ahora, en cambio, ese informe del país vecino, llamado Sauvé, supone un modelo a estudiar. Y también otra iniciativa, puesta en marcha por la archidióce­sis de Munich con el despacho de abogados Westpfahl Spilker Wastl. Dos miembros de ese bufete acudirán una vez al mes a Madrid para asesorar al equipo español. La convocator­ia de ayer en la sede del despacho de abogados, que ocupa tres pisos de un edificio situado en la mejor zona del barrio de Salamanca, con las escaleras repletas de fotografía­s de personalid­ades como Felipe González, Donald Rumsfeld y Shimon Peres, fue abundante en mensajes sobre el cambio en la Iglesia Católica española y el «nuevo cauce» que ahora abre.

«Tenemos que dar un paso al frente», afirmó ayer el cardenal de Barcelona, Juan José Omella

La participac­ión de la Iglesia en la comisión de expertos aún es una incógnita

/«La CEE «AYUDA A LAS VÍCTIMAS» quiere dar un paso más en su obligación de transparen­cia social, de ayuda y reparación a las víctimas y de colaboraci­ón con las autoridade­s. Por eso el encargo al despacho de abogados de una investigac­ión independie­nte. Nos parece que tenemos que dar un paso más al frente. Nuestro principal objetivo es la ayuda a las víctimas y su reparación. La Conferenci­a Episcopal quiere asumir su responsabi­lidad», señaló Omella. «Afrontamos este trabajo sin ninguna frontera ni límite», añadió Cremades. Dentro de un año se sabrá si es verdad. Las víctimas, de momento, observan el anuncio con «desconfian­za».

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DAVID CASTRO El abogado Javier Cremades y el cardenal Juan José Omella, ayer en la presentaci­ón de la auditoría.

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