Fallece Miguel Gallardo, pionero de la novela gráfica
María ya no tendrá quien le dibuje como lo hacía su padre. Aquel «boniato despreciable» que le creció «en la azotea», como él mismo bautizó al tumor cerebral que le diagnosticaron a principios de 2020, haciendo gala de su proverbial y desdramatizador sentido del humor, ha ganado el pulso que mantenía con Miguel Gallardo, uno de los dibujantes de cómic más queridos desde que en los años 70 cocreara junto al guionista Juan Mediavilla, a partir de un relato de Felipe Borrayo, el icono definitivo del cómic underground de finales de los 70 y principios de los 80, nada menos que Makoki, aquel quinqui fugado del frenopático que desde las páginas de El Víbora se convirtió en un símbolo de la otra transición, la de los marginales. Nada comparable, sin embargo, al éxito y el orgullo que le reportó María y yo (Astiberri, 2007), álbum sobre su relación y su día a día con su hija con el que sacó el autismo del armario social. Ahí es nada.
Gallardo (Lérida, 27 de diciembre de 1955) falleció ayer en Barcelona a los 66 años dejando atrás una trayectoria reconocida. El artista, hace un año, contaba en Algo extraño me pasó camino de casa su experiencia tras conocer que tenía un tumor en el cerebro, justo antes de la pandemia, y cómo se lo extirparon. Volvía a casa desde el hospital en pleno confinamiento para empezar un tratamiento con el que estaba esperanzado. Pero el cáncer reapareció. Hace apenas tres semanas, a finales de enero, se casaba con su compañera de estos últimos años, Karin du Croo. Él mismo colgaba una divertida foto de ambos, recién casados, en su cuenta de Instagram.