El comité del asalto desmonta «la gran mentira» de Trump
El expresidente desoyó ▶ a los que le explicaron que no había fraude
Puede que el Departamento de Justicia de Estados Unidos no acabe imputando a Donald Trump por el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, una insurrección por la que el republicano ya superó un juicio político, su segundo impeachment. Puede que los crédulos y fieles del expresidente, y con toda certeza él mismo, no se muevan un milímetro de sus posturas. Lo seguro es que el comité de la Cámara baja se está esforzando para que la ciudadanía no olvide y conozca con todo lujo de detalles la «conspiración» que llevó a aquel «intento de golpe», en cuyo centro sitúa a Trump. Ayer, después de una primera vista pública televisada en horario de máxima audiencia el jueves que sirvió a modo de presentación, el comité empezó a recorrer esa trama paso a paso, arrancando con una efectiva presentación que desmonta «la gran mentira» de Trump sobre un inexistente fraude electoral.
La base central de ese relato ya era conocida. Trump llevaba tiempo poniendo en duda la integridad del sistema electoral y azuzando los fantasmas de potencial fraude. Pasó meses (años realmente) atacando el voto por correo, por el que tradicionalmente se inclinan más los demócratas y cuyo uso se disparó en pandemia. Cuando llegó la noche electoral, desoyó a los asesores y expertos que le explicaron que el recuento de ese voto por correo impedía dar por definitiva la ventaja inicial y salió a dar un discurso de victoria.
Cuando a ese anticipado «espejismo rojo» le siguió el también esperado «giro azul», que dio el triunfo al demócrata Joe Biden, Trump siguió empeñándose en mantener las acusaciones de fraude, incluso cuando escuchó de sus asesores y aliados que no tenían ninguna base. Concretamente se ha sabido de boca del exfiscal general William Barr que personalmente le dijo que eran «una basura absoluta», «una locura», «un sinsentido», «idiotas» y «bobas».
Hoy, pese a todo, Trump las sigue manteniendo. Apoyado en otros aliados como Rudy Giuliani, además, el mandatario abrió una lucha legal infructuosa y una campaña de presión a cargos para tratar de revertir los resultados. Y se puso en marcha una agresiva campaña de recaudación de fondos supuestamente destinada a financiar esas demandas que, según ha revelado
el comité, logró 250 millones de dólares. El dinero, según denunció la congresista Zoe Lofgren, que llevó el peso de la sesión, no fue a un inexistente «fondo de defensa electoral» sino en buena parte a un Comité de Acción Política y a organizaciones
y personas cercanas a Trump, incluyendo cinco millones para el grupo que organizó la manifestación del 6 de enero que precedió al asalto al Capitolio. «La gran mentira fue también el gran timo», afirmó Lofgren.