La izquierda andaluza exhibe `reconciliación' ante las urnas
En los últimos cuatro días, la campaña electoral andaluza ha dejado imágenes prácticamente impensables hace una semana. Yolanda Díaz e Ione Belarra fundidas en un abrazo, ambas sonrientes; Pablo Iglesias mandando su cariño a Íñigo Errejón, y a este último, líder de Más País, volviendo a compartir escenario con una candidato de Podemos, el partido que ayudó a fundar y que abandonó. Las previsiones, poco halagüeñas para Por Andalucía, han forzado esta reconciliación. Al menos, de cara a la galería, y aún no se sabe si con fecha de caducidad. Lo único cierto es la necesidad de cerrar filas en torno a su candidata, Inma Nieto, de IU, y confiarse a la unidad.
La andadura andaluza para la izquierda a la izquierda del PSOE empezó con mal pie. Enturbiada por las dinámicas nacionales y las relaciones desgastadas entre sus dirigentes, la alianza de Podemos, IU, Más País, Equo, Alianza Verde e Iniciativa
Díaz, Belarra, Errejón e Iglesias cierran filas y muestran unidad
tardó en fraguarse. El pacto se logró –in extremis y con errores–, pero no sin tensar hasta el máximo unas costuras que ahora se esfuerzan todos en remendar.
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LAS OREJAS DEL LOBO Tanto en Madrid como en Andalucía, los dos territorios desde los que se negoció la coalición, se extendió la idea de que la enésima disensión que sufría el llamado espacio del cambio podría tener un duro impacto en los resultados electorales del próximo domingo. Vieron las orejas al lobo. La decisión unánime, aunque no pactada, fue reforzar la imagen de unidad. Que no quedase resquicio alguno a posibles críticas sobre la fragmentación interna o dudas sobre la implicación de cada formación. Sobre todo, con unas perspectivas electorales a la baja. La encuesta publicada por el CIS sitúa a Por Andalucía entre un 9,4% y un 11,4% de los votos. En 2018 logró superar el 16%. Solo queda por ver si habrá foto de Yolanda Díaz con Irene Montero.