El Periódico Extremadura

El Gobierno baraja un tributo a las compañías energética­s

El PSOE y Podemos ▶ negocian incorporar­lo en los Presupuest­os

- / S. LEDO M. Á. RODRÍGUEZ MADRID

La vicepresid­enta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha confirmado que el Gobierno baraja la creación de un tributo específico para las compañías energética­s. «Es importante ver si es necesario establecer una fiscalidad adicional para las empresas eléctricas y si es necesario una especial para gasistas y petroleras en el contexto de los Presupuest­os», ha reconocido Ribera un día después de que su colega en el Gobierno de coalición, Yolanda Díaz, anunciase la existencia de este debate en el seno del Ejecutivo.

«A la vista de la situación inflaciona­ria, creemos que ha llegado el momento de incorporar un impuesto extraordin­ario a las eléctricas. Nunca había pasado en democracia una enorme transferen­cia de las rentas de la ciudadanía a las eléctricas. Las eléctricas tienen que compromete­rse con nuestro país. No es nada extraordin­ario. Nos parece que para compensar hay que aportar los que más tienen», decía la vicepresid­enta primera el lunes.

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RECARGO ESPECIAL Si bien Díaz situaba esta medida dentro del decreto anticrisis que aprobará en las próximas semanas el Gobierno para paliar el efecto de la guerra de Ucrania en los bolsillos de los consumidor­es, Ribera ha redirigido la mirada hacia los Presupuest­os Generales del Estado (PGE) de 2023. «Cada cosa a su tiempo», aseguró ayer la ministra competente en materia de energía a RTVE.

Ribera no dio detalles sobre la propuesta concreta en la que trabajan, pero la formación morada aboga por establecer un recargo especial y temporal sobre los beneficios de estas empresas a través del impuesto de sociedades, incrementa­ndo su tributació­n.

En la actualidad, las compañías eléctricas están sujetas a un mecanismo de recorte de sus beneficios extraordin­arios por el alza del gas del que están exentas todas las centrales que tengan contratos con un precio inferior a los 67 euros por megavatio-hora. Ni el Gobierno ni la Comisión Nacional de los Mercados y la Competenci­a (CNMC) han revelado la cuantía de este recorte que se utiliza para reducir el precio de la factura de la luz y que ya lleva ocho meses en marcha. Sin embargo, las empresas presumen de que no tiene efectos en sus cuentas. El Ejecutivo pretende prorrogar esta medida hasta finales de septiembre dentro del decreto anticrisis.

Si bien el Gobierno abre la puerta ahora a una «fiscalidad adicional» y diferente a este mecanismo de recorte que tiene un carácter extraordin­ario, lo amplía además al resto de empresas del sector de la energía cuyos precios también se han disparado en los últimos meses por la guerra.

En este sentido, al ser preguntada sobre la posibilida­d de que las petroleras hayan incrementa­do los precios del suministro para absorber el descuento de 20 céntimos a los carburante­s, la vicepresid­enta tercera reconocía que es «un poquito complicado seguir la pista» de los precios de gasolina y diésel porque se trata de un mercado libre en el que las compañías pueden poner el precio que quieran y en la actualidad las materias primas energética­s tienen precios disparados en los mercados internacio­nales. No obstante, Ribera añadió que hay que analizar la diferencia entre estos precios, algo que hace de oficio la CNMC, pero también la rendición de cuentas de estas empresas «por si fuera necesario introducir medidas fiscales sobre estos beneficios».

El Gobierno no descarta realizar cambios sobre la bonificaci­ón de 20 céntimos para hacerla más selectiva si se encuentra una fórmula «ágil y rápida» de hacerlo. «Estamos viendo si hay manera de precisar quiénes son los sujetos diana de esa medida», reconocía.

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