Los ingresos de Rusia por petróleo y gas aumentan
Moscú recibe ▶ diariamente más de lo que le cuesta la guerra en Ucrania
La brutal invasión rusa de Ucrania puso en marcha el mayor paquete de sanciones occidentales contra Rusia desde el final de la Guerra Fría, una estrategia que aspira a imponer un coste prohibitivo a su maquinaria de guerra para obligar al Kremlin a retirar sus tropas del país vecino o, como mínimo, a sentarse a negociar. La economía rusa lo está notando.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó en abril que su producto interior bruto (PIB) se reducirá este año un 8,5%, una contracción superior a la que vivió durante la crisis financiera (2008) o la traumática crisis del rublo (1998). Es un coste oneroso, pero está lejos de ser un jaque mate porque su principal fuente de financiación no se ha resentido. Sus ingresos por la venta de gas, petróleo y carbón aumentaron durante los primeros 100 días de la guerra, según un estudio.
Desde el inicio de la contienda, las arcas rusas han ingresado más de 93.000 millones de euros por la exportación de combustibles fósiles, de acuerdo con un análisis del Center for Research on Energy and Clean Air (CREA), con sede en Helsinki. Una cifra sin precedentes. «Es mucho dinero. Estimamos que sus ingresos han aumentado un 50% respecto al mismo periodo del año pasado debido a la escasez de oferta en el mercado y los elevados precios de la energía. Es un récord sin precedentes», asegura a este diario el analista jefe de CREA, Lauri Myllivyrta.
Eso significa que solamente por la venta de hidrocarburos –el petróleo sigue siendo el más lucrativo– Rusia ingresa diariamente más de lo que le cuesta la guerra. 930 millones de euros frente los 840 millones que, según la organización finlandesa, se gasta cada día en la invasión de Ucrania.
La Unión Europea (UE) ha sido durante estos 100 días el principal cliente de Moscú, destino del 61% de sus exportaciones energéticas. Pero está soltando lastre progresivamente, a pesar de que no ha llegado a sancionar al gas ruso y de que su veto a las importaciones de petróleo por vía marítima no adquirirá plena vigencia hasta diciembre. Desde el inicio de la invasión ha reducido un 23% las compras de gas y un 18% las de crudo. Si a esos volúmenes se agregan los recortes adoptados por Estados Unidos, Turquía o Egipto, las exportaciones rusas cayeron por primera vez en mayo un 15% respecto al inicio de la contienda.
Lo que no ha servido, sin embargo, para que sus ingresos se resientan, unos ingresos que el año pasado representaron el 45% del presupuesto federal ruso. Y es que, aunque Moscú está tratando de capear el temporal vendiendo gas y petróleo a precios con descuento, son aun así un 60% más altos que hace un año. «Rusia está aplicando elevados descuentos, un 30% de media en el caso del crudo, y eso le ha permitido ganar mercado en países como la India, China e incluso Francia, que ha aumentado sus importaciones de gas natural licuado y petróleo», explica Myllivyrta. En el caso francés esa dinámica está llamada a cambiar a partir de diciembre, cuando entre en vigor el embargo europeo al crudo que llega por vía marítima, más de dos tercios. Las medidas adoptadas por Occidente han hecho que China haya superado a Alemania como el principal cliente de los hidrocarburos rusos, aunque es la India el país que más ha aumentado sus importaciones aprovechando los descuentos del Kremlin.
A Europa aún le quedan cartuchos para hacer mella sobre unos ingresos con los que Rusia financia su guerra. Las sanciones al gas son una de ellas.