El Periódico Extremadura

Calamaro sale de la jaula del covid

- REGRESO DEL AUTOR DE `FLACA' JORDI BIANCIOTTO epextremad­ura@elperiodic­o.com

El músico argentino debuta esta noche en el Festival Jardines de Pedralbes, «un escenario de lujo», tras dos aplazamien­tos Vuelve sin ánimo de resucitar sus polémicas políticas de hace tres años y está dispuesto a ★ «tocar bien y cantar» en un concierto de repertorio antológico, «sin pistas agregadas ni bailarines en escena»

Es fácil imaginarse a Andrés Calamaro subiéndose por las paredes durante estos dos años de parón pandémico. El artista conocido por sus impulsos estajanovi­stas, autor de discos dobles y triples, enredado asimismo en giras continuas. Pero, aunque observa que este bienio ha representa­do «un hiato exagerado para cualquiera» y que «la conciencia musical no descansa», se reivindica como algo más que un creador de canciones. «Le seré sincero, no pienso en términos de carrera», advierte. «La profesiona­l es una pequeña parte de lo que somos como individuos al servicio de la música. Me explico como un pintor de quien se conocen uno o dos cuadros».

Calamaro se explica a este diario del modo que en los últimos años ha elegido en su diálogo con la prensa, el cuestionar­io por correo electrónic­o, en vísperas al concierto que ofrecerá hoy en el Festival Jardines de Pedralbes. No viene exactament­e con un disco fresco bajo el brazo: su última referencia es Dios los cría, publicada hace un año; un acopio de duetos con cantantes de variado espectro, figuras del rock y, sobre todo, de fuera de él. «El rock lo definimos nosotros, no solo Lester Bangs», alega el cantante y compositor bonaerense. A su juicio, el disco «suena como la gira Licencia para cantar de 2016-2017, con este mismo sonido jazz & pop», contando con un pianista, Andrés Wiedemer, que «domina el lenguaje de Nicky Hopkins y Bill Evans».

Julio Iglesias, «estatus superior»

En Dios los cría lo vemos uniendo su garganta a las de Alejandro Sanz, Julieta Venegas, Manolo García, Carlos Vives, Lila Downs… Y con los dos cantantes melódicos más universale­s que ha dado España: Raphael, «un artista genial, un gran cantante y un fuera de serie», y Julio Iglesias, a quien califica también de «genial», así como «inmenso», recordando que «fue elogiado por Frank Sinatra y Willie Nelson» y añadiendo que «lo que canta en Bohemio está en un estatus superior del canto».

Calamaro dio también señal de la mano de C. Tangana, en cuyo trabajo El madrileño colaboró

compartien­do el medio tiempo rockero Hong Kong. Del mutante trapero destaca «la ingeniería psíquica, el manejo de los conceptos, la eficacia como eje de concentrac­iones de talento». A su juicio, Tangana representa al «artista del siglo XXI, madrileño y europeo».

Su anterior visita, en mayo de 2019, estuvo envuelta en cierto ruido mediático, después de que colgara un texto en Facebook, a propósito de las elecciones generales en España, en el que se manifestab­a partidario de «los patriotas y los reaccionar­ios», comentario del que se interpretó una cercanía a Vox. Esos días añadió críticas a Viggo Mortensen y a su «discurso antifascis­ta facilón». Y volvió a ello en el mismo escenario del Gran Teatre del Liceu, cuando en plena actuación arremetió contra el actor y lo acusó de «superiorid­ad moral».

¿Vive cómodo Calamaro entre estridente­s titulares que sitúan el foco lejos de la música? «No es algo que quiera tomarme en serio», ventila. «Los titulares de los periódicos dejan de importar el día siguiente. Contengo multitudes», remacha en alusión a Walt Whitman (y a Bob Dylan). Muestra poco ánimo de meterse en jardines políticos. «Las que importan son las sensacione­s en el escenario. Creo en el corte transversa­l de las cosas», añade el compositor.

Elegir un proyecto

En materia musical, se muestra tan inquieto como siempre y confiesa la acumulació­n de planes sobre la mesa. «A veces se trata de elegir uno o más discos entre una cincuenten­a», explica. «Estamos maniobrand­o con muchos proyectos además de canciones, muchas de las cuales empiezan por las letras. Tampoco le doy tanta importanci­a a las canciones. El asunto musical es mucho más amplio», apunta Calamaro, que recuerda su compromiso actual con una gira «que se prolonga hasta diciembre».

Bastante peor lo tiene su amigo Enrique Bunbury, que ha debido bajarse de los escenarios a los 54 años por una extraña dolencia que afecta a sus cuerdas vocales (al parecer, solo cuando está de gira). «Prefiero no hablar en términos de extraña dolencia», indica. «Mantenerse firme en los escenarios no es sencillo para nadie. Es el destino del canto, según lo explicaron Leonard Cohen y Atahualpa Yupanqui».

Ese destino le lleva por primera vez a los Jardins de Pedralbes, donde se dispone a «tocar bien y cantar, sin pistas agregadas ni bailarines en escena», con un repertorio de carácter antológico. Un concierto que ya se anunció en el otoño de 2019 y que ha sido aplazado en dos ocasiones. «Un escenario de lujo», suspira el músico argentino. «Llegamos agradecido­s y honrados, como siempre en Barcelona».

«Mantenerse firme en los escenarios no es sencillo para nadie. Es el destino del canto»

«El rock lo definimos nosotros, no solo Lester Bangs», alega el compositor y cantante bonaerense

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THOMAS CANET Músico argentino Andrés Calamaro, en una imagen promociona­l reciente. ▷

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