Chicho Sánchez Ferlosio, más vivo que nunca
25 años después se publica el disco del concierto que el gran cantautor revolucionario, fallecido hace dos décadas, dio con Rosa Jiménez en el Círculo de Bellas Artes de Madrid
A pesar de ser uno de los cantautores españoles más interesantes por su brillante uso del lenguaje, su compromiso político, su variedad de registros musicales y su sentido del humor, Chicho Sánchez Ferlosio no tuvo demasiada suerte en el plano discográfico. Artista habitual de locales como el Aurora, el Café Manuela, el Elígeme o La Mandrágora, y siempre dispuesto a actuar en festivales solidarios o en el campamento que los trabajadores de SINTEL montaron en pleno Paseo de la Castellana de Madrid, sus grabaciones fueron pocas, esporádicas y, en ocasiones, anónimas.
Sin ir mas lejos, hubo que esperar hasta el fin de la dictadura franquista para conocer que el cantante que interpretaba temas como Los dos gallos, La paloma o A la huelga en el disco Canciones de la Resistencia Española era el propio Chicho. En contra de lo que siempre se pensó, además, no eran canciones populares y anónimas, sino creaciones originales suyas.
A ese disco, publicado en Suecia en 1963, se sumaría el LP A contratiempo en 1978, un single para Nuevos Medios en 1982, una canción incluida en un recopilatorio contra la pena de muerte del sello Gong y un puñado más que interpretaba en las películas Mientras el cuerpo aguante de Fernando Trueba y Buenaventura Durruti Anarquista de Jean Louis Comolli, que nunca fueron editadas en disco. Eso era más o menos todo. Al menos hasta 2017.
«Ese año, Emilio Quintana Pareja, profesor del Instituto Cervantes de Estocolmo, hizo una investigación sobre el disco Canciones de la Resistencia Española,a partir de la cual descubrió las cintas originales que incluían temas inéditos», explica Joan F. Losilla, coordinador del sello zaragozano Madmua Records. «Esa investigación nos puso en la pista de una figura como Chicho Sánchez Ferlosio que, a pesar de ser apasionante, permanecía sepultada en el olvido».
Para solucionar esa falta, Madmua editó por primera vez aquel disco en España, incluyendo las canciones inéditas no recogidas
en la edición original. Un trabajo al que siguió Si me borrara el viento lo que yo canto, documental dirigido por David Trueba en el que se narraba la grabación clandestina del disco por parte de unos estudiantes suecos desplazados a Madrid.
El germen del disco
«La idea primigenia era reeditar
Canciones de la Resistencia Española y realizar el documental, pero, a medida que fuimos conociendo a familiares y amigos de Chicho, nos fueron conduciendo a estancias desconocidas. Por ejemplo, a
Yo no vivo por vivir, disco inédito grabado en la academia que regentaba Agustín García Calvo y cuya cinta guardaba la familia del filósofo, con su hija Sabela al frente, o este que acabamos de publicar, La última noche en el Círculo de Bellas Artes».
Chicho era el tratamiento cariñoso por el que era conocido José Antonio Julio Onésimo Sánchez Ferlosio, hijo de Rafael Sánchez Mazas, fundador de la Falange que quiso dejar esa herencia en su hijo, incorporando a su nombre el de sus camaradas Onésimo Redondo y José Antonio Primo de Ri
vera. Sin embargo, para disgusto del progenitor, tanto Chicho como sus hermanos Rafael (el escritor, casado en los 50 y 60 con Martín Gaite), Miguel y Gabriela Sánchez Ferlosio (mujer del periodista Javier Pradera y madre de Máximo) optaron, desde muy jóvenes, por la lucha antifranquista.
Criado en un ambiente cosmopolita gracias a las raíces italianas de su madre, Liliana Ferlosio, Chicho militó en el Partido Comunista, clandestino durante la dictadura, y llegó a pasar dos veces por la cárcel. Con el paso del tiempo, serían justamente la música y la política las actividades por las que sería conocido, lo que no impidió que bien por necesidades económcas, bien por por pura diversión, Chicho desarrollase infinidad de actividades. Fue corrector de imprenta, de estilo, traductor, redactor publicitario, conserje de hotel nocturno y camarero. Pero también se dedicó a investigaciones sobre teoría de números, topología, juegos de lógica e ingenio y estudios de fonética a través de las sílabas, que demostraban ese asombroso dominio del lenguaje tan presente en sus composiciones, tanto las de su repertorio perco,
sonal como las que hizo para Alberto Pérez o las que popularizaron artistas como Joan Baez, Víctor Jara o Joaquín Sabina, que incluyó en varios de sus discos el tema Círculos viciosos.
Los últimos conciertos
En 1997, Chicho Sánchez Ferlosio y Rosa Jiménez, su pareja, ofrecieron un concierto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid acompañados por el pianista Mariano Marín. «Le conocimos y nos pusimos a ensayar sin plantearnos ninguna otra cuestión. Entendió muy bien nuestro estilo y se acopló desde el principio a nuestra forma de ver las canciones, que fueron arregladas entre los tres: Mariano con su experiencia musical y pianística y nosotros por el conocimiento de lo que queríamos transmitir y de cómo hacerlo», recuerda Rosa desde Argentina, país al que se trasladó después de la muerte de Chicho Sánchez Ferlosio en 2003.
La colaboración entre la pareja y el pianista propició diversas actuaciones en Madrid. Entre ellas, la del Círculo, una de las últimas que hicieron juntos. «Cuando ya teníamos el repertorio bien montado y bien testado entre el públitampoco recuerdo muy bien por qué ni cómo, fuimos dejando los escenarios», explica Martín en el texto que acompaña al disco, cuyo repertorio está compuesto por algunas de las canciones más conocidas de la pareja. Por ejemplo, Coplas retrógradas, Afro Tambú, Si las cosas no fueran o La gracia nevando, a las que se suman genialidades como Medias verdades y canciones relacionadas con el momento histórico, como Maldita mili.
Aunque nadie suponía que aquel concierto fuera a ser una de las últimas actuaciones del trío, Rosa consideró que la ocasión merecía ser grabada con un equipo profesional para, posteriormente, publicarla. Sin embargo, el tiempo pasaba y el disco no salía. Todo cambió cuando, tras el estreno de Si me borrara el viento lo que yo canto, conoció el trabajo de Madmua Records. «Ví que eran ellos los indicados para hacerlo», reconoce.
«Lisi Prada, amiga de Rosa Jiménez, que luchó durante años para intentar que esas canciones tan especiales vieran la luz, nos facilitó un cedé del recital. Bastó escuchar el primer tema para apreciar la calidad de la grabación, tanto desde el punto de vista artístico como técnico», recuerda Joan F. Losilla, que destaca «la calidad del sonido y los arreglos, una gozosa excepción en la trayectoria de Chicho, que no era amigo de grandes formalismos ni planificaciones».
Casi más laboriosas fueron las cuestiones sobre la portada. «La idea era que la portada fuera una fotografía de Antonio Novillo, que estuvo presente en el concierto. Pero no aparecieron ni los negativos ni sus impresiones. Paralelamente, Rosa Jiménez leyó en el Facebook de Octavio Colis que, tras haber confeccionado portadas para Malas compañías de Joaquín Sabina y otros discos de artistas como Javier Krahe, Hilario Camacho o Luis Pastor, decía tener clavada la espinita de no haber hecho una para Chicho. «Contactamos con Octavio y le entusiasmó la idea. Ha sido una feliz colaboración que ha elevado todavía más el nivel del disco».
Disponible en vinilo y cedé previa petición a info@madmuarecords.com, La última noche en el Círculo de Bellas Artes es un documento imprescindible para aquellos que, familiarizados con la obra de Chicho y Rosa, deseen más materiales del cantautor. Para aquellos que no los hayan escuchado, es una magnífica forma de adentrarse en el trabajo de la pareja. «Es importante que se conozcan las composiciones de Chicho para que la juventud vuelva a tener pensamiento crítico y revolucionario -concluye Rosa Jiménez-. Más aún, en los tiempos que vivimos».