«Es renovable y da mucho juego»
Almudena Sánchez es cofundadora de Dehesa Lana, un proyecto que desde 2015 trabaja este material como modo de dinamizar el medio rural. «Nuestro trabajo empieza a partir de la esquila y pasa por toda la cadena de valor: lavado, peinado e hilado. Colaboramos con productores, artesanos y talleres textiles. Vemos la lana como un modo de hacer comunidad, de dar trabajo, de mantener empresas familiares», dice Sánchez.
Desde Hervás, este proyecto, insertado en la cooperativa Actyva, trata de poner en valor este producto: «Cuando promovemos la lana estamos promoviendo la ganadería extensiva, que ayuda al territorio y a mantener nuestros ecosistemas y la biodiversidad», explica Sánchez, quien también forma parte de la Asociación Laneras, cuyo propósito es el mismo. «La lana no tiene nada que ver con las fibras sintéticas: es renovable, biodegradable, por lo que no genera impacto como residuo, es un producto que lo tenemos en la puerta de casa, da juego para muchísimos acabados, es transpirable y aislante», defiende.
Calcetines, jabones afieltrados, jerseys o la propia lana peinada son algunos de los productos que ofrecen en su tienda. «Nosotros apostamos por un precio justo para toda la cadena. No nos guiamos por lo que marca la lon
ja internacional y creemos que hay que dar un precio digno desde el origen», subraya Sánchez. «Cuando algo vale muy barato es porque no se ha pagado bien en
algún punto y la gente no cobra lo que tiene que cobrar», dice en referencia a los bajos precios de las grandes tiendas. Por eso también opta por un cambio de men
talidad en los consumidores: «Con las frutas y las verduras ya hay esa concienciación de comprar productos de cercanía, de temporada… Con la industria textil, que es una de las más contaminantes, también se tiene que dar ese paso», afirma.
Por ello y para promover que estas técnicas tradicionales no se pierdan, junto a la asociación también promueven la «formación» en los pueblos de las comarcas con ovino para que las nuevas generaciones se animen a tomar el relevo. «Muchas veces hacemos las cosas a base de prueba y error, porque todo ese saber tradicional, el conocimiento de cómo hacerlo, se está perdiendo y para nosotros es muy importante perpetuar esas técnicas», expone. «Tenemos una economía cuya estructura está hecha para grandes empresas y nosotros creemos que en el medio rural hay que apostar por nuestra materia prima, por los negocios familiares y por los pequeños talleres», insiste.