El Periódico Extremadura

MARCA DE M DIRECTOR

Los cortos, enfocados a Instagram y TikTok, buscan viralizar las campañas y llegar al público más joven con montajes frenéticos e impacto

- POR NATALIA ARAGUÁS

Lo último del director Paolo Sorrentino está protagoniz­ado por Anne Hathaway y Zendaya. Las actrices buscan la felicidad en las pequeñas cosas, a la manera de Groucho Marx: un pequeño palacio italiano, un pequeño collar de esmeraldas, un pequeño anillo de rubí. «En la búsqueda de la maravilla nunca hay finales, solo principios», es el mensaje. El cortometra­je Unexpected wonders, de impecable factura, saca tanto partido a esa luz que solo flota en Roma como a la apabullant­e joyería de Bulgari, a la que promociona. El estreno del fashion film, de poco más de dos minutos de duración, fue precedido de varios teasers, como una película de cine.

Antes que Paolo Sorrentino, Roman Polanski dirigió para Prada el cortometra­je A Therapy, en el que Ben Kingsley hace de un psiquiatra que, según avanza la sesión con Helena Bonham Carter, va perdiendo el hilo para concentrar­se en el abrigo de cuello con plumas que ella ha dejado colgado antes de empezar la consulta y que acabará probándose frente al espejo con avaricia. «A todo el mundo le queda bien Prada», concluye la irónica cinta. También Darren Aronofsky rodó para Yves Saint Laurent; Sofia Coppola para Chanel y Luca Guadanigno para Fendi, por poner solo algunos ejemplos. Que lo más selecto del cine se ponga al servicio de la moda da la razón a la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada, que recienteme­nte declaraba: «Lo importante cuando tienes un estudio de diseño es tu director de vídeo, es como si fuera un director de cine». Tras la pandemia se produjo un gran cambio: «La gente se tuvo que adaptar a no desfilar y a hacer fashionfil­ms –afirma la diseñadora–. Ganará el que tenga el mejor vídeo, la imagen va a ser lo más importante, mucho más que el producto».

Aunque la relación entre moda y cine viene de lejos, uno de los primeros fashion films, entendido como un cortometra­je con cierto argumento y factura cinematogr­áfica, fue aquel de Chanel nº5 protagoniz­ado por Nicole Kidman en 2004. La actriz se puso a las órdenes de Baz Luhrmann, aún reciente el pelotazo de ambos con Moulin Rouge, y reciclaron el argumento: una estrella infeliz conoce a un guapo chico anónimo (Rodrigo Santoro) y tienen un escarceo, en este caso en las azoteas de Nueva York, con las dobles C de Chanel iluminadas por bombillas. El fashion film, el más caro realizado hasta entonces, costó 33 millones de dólares. En el año 2000 también entró en escena SHOWstudio, fundada por el fotógrafo de moda Nick Knight, una revista digital pionera en explorar las nuevas formas de comunicaci­ón propias de internet, que animaba a los diseñadore­s a enseñar sus nuevas coleccione­s con vídeos.

Sin embargo, a principios del milenio, las grandes marcas aún se aferraban a la fotografía de moda y la pasarela como herramient­as preferente­s para mostrar sus novedades. Así lo recuerda el valenciano Víctor Claramunt, que por entonces se dedicaba al diseño gráfico y en la actualidad ha ganado los cinco festivales de fashion films más prestigios­os del

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De arriba abajo y de izquierda a derecha, Nicole Kidman en el corto para Chanel que inauguró la edad de los ‘film fashion’; Ben Kingsley y Helena Bonham Carter bajo las órdenes de Polanski en ‘A therapy’ (Prada) y

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