OTRO RETRATO GENERACIONAL UN JUGUETE FUERA DE CONTEXTO
‘Nosotros no nos mataremos con pistolas’ Dirección: María Ripoll Intérpretes: Ingrid García Jonsson, Elena Martin, Joe Manjón, Lorena López
María Ripoll conoce a la perfección las reglas de la comedia dramática generacional, un género que lleva practicando desde su ópera prima Lluvia en los zapatos. Da igual que los tiempos hayan cambiado, que de la Generación X se haya pasado a la Y o a la Z. Puede que cada una haya tenido sus particularidades, pero en todas late el sentimiento de desconcierto y desorientación en un determinado momento. Nosotros no nos mataremos con pistolas comienza como si fuera un wéstern a modo de guiño referencial, pero rápidamente toma la estructura prototípica de la reunión de amigos en la que salen a relucir las miserias de una serie de personajes que se engañan a sí mismos y a los demás. La directora adapta la obra de teatral de Víctor Sánchez Rodríguez para hablar de la precariedad laboral, de los sueños perdidos, de la frustración emocional, del vacío existencial y también de la muerte y la pérdida. Sin embargo, todo resulta demasiado superficial, no se llega a ahondar en ninguna reflexión más allá del subrayado verbal que domina las conversaciones entre los personajes. ‘Lightyear’
Quim Casas
Pixar nos acostumbró mal. Hubo un tiempo en que todas sus películas eran o muy buenas u obras maestras. La revolución en el cine de animación. Pero ese tiempo pasó y, desde hace años, quizá desde WALL·E y Up, dos obras magníficas realizadas al concluir la primera década de este siglo, el interés de la productora ha decaído. No vertiginosamente, pero ha decaído. En estos más de 10 años han aparecido títulos interesantes y logrados, como la tercera y cuarta parte de Toy Story y Del revés, junto a filmes más acomodados, como Cars 3 y Soul. Lightyear está en esa línea. Prometía más de lo que ofrece, pero quizá es que esperamos de ella tanto o más de lo que ofreció el personaje del guardián galáctico en la franquicia de Toy Story. Y sin el universo de juguetes que le rodeaba, sin formar pareja con el cowboy Woody, Buzz Lightyear pierde fuerza. No es héroe para aguantar él solo todo un filme, ya que los personajes que le rodean en este caso son simples comparsas. Su lucha contra robots y lianas asesinas resulta más indiferente pese a buenos momentos de ingeniería visual.