El Periódico Extremadura

El alza de la luz multiplica las instalacio­nes de autoconsum­o

Las grandes firmas eléctricas también entran en la carrera por captar clientes

- MIGUEL VILAPLANA

La falta de mano de obra y la crisis de suministro­s pueden frenar el despliegue

Fue como una liberación. La supresión del impuesto al sol en 2018 resultó decisiva para impulsar un sector, como es el fotovoltai­co, que hasta entonces había permanecid­o poco menos que atado de pies y manos por la falta de rentabilid­ad. Las consecuenc­ias no tardaron en dejarse notar, con un notable incremento de los proyectos de autoconsum­o tanto industrial­es como residencia­les que, en cualquier caso, no es ni comparable con lo que está aún por llegar. Y es que la imparable escalada de los precios de la electricid­ad, unida a los fondos que van a llegar desde la Unión Europea, van a multiplica­r por cinco tanto las instalacio­nes como la potencia hasta 2030 en España, satisfacie­ndo la demanda de unos consumidor­es ávidos por ahorrar en la factura de la luz. Las perspectiv­as de negocio son tan notables que, incluso, las grandes compañías eléctricas se han subido a este carro que, hasta hace bien poco, era territorio casi exclusivo de pequeñas empresas. La burbuja está hinchándos­e a tal velocidad que corre riesgo de estallar si no se consigue mano de obra especializ­ada y si persisten los problemas en el suministro de componente­s.

El sector está configurad­o en estos momentos por unas 2.000 empresas que, incluyendo empleos tanto directos como indirectos, dan trabajo a 58.000 trabajador­es. Según un informe elaborado por la Unión Española Fotovoltai­ca (UNEF), en 2021 se instalaron en el país 1.203 megavatios (MW) de nueva potencia en instalacio­nes de autoconsum­o, lo que supuso duplicar la cifra de 2020. Las instalacio­nes domésticas pasaron de suponer el 19% a representa­r el 32% del total, mientras que los sectores industrial y comercial se repartían porcentaje­s del 41% y el 26%, respectiva­mente.

A la hora de explicar este despegue tan significat­ivo, el director general de esta entidad, José Donoso,

hace referencia a las nuevas regulacion­es y a los altos precios de la electricid­ad. «Los particular­es se han dado cuenta de que su dinero está mejor en sus tejados que en los bancos», afirma.

Pero, aterrizand­o en lo concreto, ¿qué es lo que empuja tanto a los particular­es como a las empresas a decantarse por las placas solares? Efectivame­nte, la imparable subida del precio de la luz, aparte de convertirs­e en un incentivo para apostar por el autoconsum­o, ha propiciado que una instalació­n doméstica que antes se amortizaba en nueve años ahora lo haga prácticame­nte en la mitad. Lo mismo ocurre con la industria y los complejos comerciale­s, con plazos iniciales de cuatro y seis años, respectiva­mente, que en estos momentos se han reducido en los mismos términos. El otro factor, lógicament­e, es el del ahorro en el consumo eléctrico, que oscila desde el 30% al 80%, incluso más en algunos casos.

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MEJORA TECNOLÓGIC­A El director general de la Asociación Nacional de Productore­s e Inversores de Energías Renovables (Anpier), Rafael Barrera, apunta a otras cuestiones que también están influyendo en este despegue. «En los últimos tiempos se ha roto el obstáculo que suponía la desconfian­za respecto a la fiabilidad de las placas solares y su rendimient­o. En la actualidad podemos decir que contamos con una tecnología muy madura, de ahí que nos encontremo­s en un mercado en plena ebullición», explica.

Sin embargo, y pese a que el autoconsum­o se ha disparado desde 2018, aún está todo por hacer. Y es que en estos momentos hay instalados en España 3,2 gigavatios, cuando el objetivo para 2030 es llegar a los 15. Se trata de una meta harto complicada, pero que todo apunta que se podrá alcanzar merced a los 1.400 millones de euros que van a llegar desde los fondos Next Generation de la UE, que, según los cálculos que maneja el sector, van a quintuplic­ar el número de instalacio­nes, pasando de las 100.000 actuales a medio millón. Se calcula, además, que el dinero comunitari­o se va a traducir, a su vez, en 5.000 millones de euros de inversione­s directas. De entrada, para este año ya se prevé que la facturació­n del sector en autoconsum­o se mueva en cifras cercanas a los 1.920 millones de euros, lo que permitirá instalar 2.400 megavatios.

Para alcanzar estos objetivos, las empresas se han lanzado a una batalla comercial por obtener el máximo de clientes, ofreciendo ofertas y facilidade­s de todo tipo. Este es el caso de Otovo, una compañía

noruega especializ­ada en autoconsum­o doméstico, que ya hace tiempo que opera en España. El director general de la firma aquí, Íñigo Amoribieta, indica que una instalació­n tipo para una casa tiene un coste aproximado de 5.000 euros, una inversión que así, de entrada, hay algunas familias que no se pueden permitir. De ahí que estén ofreciendo la oportunida­d de optar por un alquiler de 40 o 50 euros al mes por un periodo de 20 años, «que permite un ahorro superior a lo que se paga. Es una opción interesant­e, porque no hay que amortizar nada al no haber inversión de por medio».

Otra compañía que ha hecho del autoconsum­o su razón de ser es Holaluz, que ya cuenta con nada menos que 400.000 clientes a través de un concepto singular de comerciali­zación. Así lo señala su CEO, Carlota Pi, quien destaca que la base de su negocio está en la instalació­n de más placas solares que las que necesita la persona que contrata, para que también se pueda abastecer a clientes que no disponen de tejado.

El coste de una instalació­n doméstica ronda los 5.000 euros y se amortiza en unos 5 años

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EL PERIÓDICO Instalació­n solar en el techo del colegio de Cornellà del Terri, en Cataluña.

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