«En la investigación al emérito hay muchos huecos sin aclarar»
Exfiscal anticorrupción
CARLOS JIMÉNEZ VILLAREJO
Carlos Jiménez Villarejo (Málaga, 1935) fue el primer fiscal anticorrupción de la historia de España. En las elecciones europeas de 2014 fue elegido eurodiputado de Podemos, aunque poco después renunció a su escaño.
– El juez Joaquim Bosch defiende en su libro La patria en la cartera que la democracia no interrumpió
la corrupción del franquismo. ¿De aquellos polvos estos lodos?
– La transición democrática desde la dictadura hasta la Constitución de 1978 pasó por periodos turbios y oscuros. Había sectores que se resistían a la transición hacia los valores y el sistema democrático. Y eso generó un periodo confuso que dio lugar a que se optara por soluciones sociales, cívicas y políticas para abrir el periodo democrático en las que nunca se abordó
la corrupción, que era un problema constante. La practicaban los dirigentes del franquismo de forma impune. Ha sido una especie de semilla muy peligrosa y muy constante en el proceso democrático que ha sido difícil ir superando hasta hacerle frente de forma abierta y contundente.
– La evasión de capitales, especialmente a Suiza, era habitual en el franquismo. La vida sigue igual en democracia.
– Sí. Cuando ya era fiscal escribí en 1981 un artículo en El viejo topo en el que hablo de la necesidad de que España comience a plantearse en serio un modelo represivo que no solo afecte a las clases subalternas, sino que afrontara la persecución de los delitos que se cometían por las clases altas de la sociedad, que son los delitos de corrupción. Ya había una conciencia de la situación que se vivía de extrema debilidad de juzgados y tribunales respecto de los delitos de naturaleza de corrupción. La justicia no respondía.
¿Qué pensó cuando se investigó a Jordi Pujol 30 años después?
– – En 2014, Pujol confiesa que ha defraudado a Hacienda desde que tomó posesión como presidente de la Generalitat en el año 80. Llevaba 34 años defraudando a Hacienda. Es un dato espectacular que pone de relieve varias cosas. Que la actitud que adoptó en Banca Catalana, favoreciendo la crisis y quiebra de la entidad bancaria, era absolutamente justa su persecución y debía haber sido otra la respuesta judicial. Y que él tuvo un absoluto desprecio por los valores de la solidaridad que representa el régimen contributivo y fiscal de un estado democrático.
Sobre el rey emérito, ¿la inmunidad se vuelve impunidad?
– – Pude leer el decreto de archivo de Anticorrupción. Respeto la decisión de quien la adoptó, que fue compañero mío. Pero creo que había y sigue habiendo muchos huecos que no estaban debidamente esclarecidos e investigados y que justificaban que se hubiera mantenido la investigación y la persecución del delito. Porque lo último que debemos admitir es que una persona que ha ocupado la jefatura del Estado participe activamente en la comisión de delitos que luego se trata de ocultar, o debilitar la acusación, a través de la regularización tributaria.