El PP cuenta con absorber a Cs en las municipales
Los populares creen que en torno al 80% del voto volverá a la papeleta azul
El partido de Feijóo vaticina que solo Villacís se salvará ante el hundimiento naranja
Después de tres elecciones autonómicas (Madrid, Castilla y León y Andalucía) en las que el PP ha recuperado una inmensa mayoría de los votos que en los últimos años se fueron a Ciudadanos, la formación de Alberto Núñez Feijóo empieza a centrarse en las municipales del próximo mayo, entendiendo que ese resultado será la verdadera antesala de las generales. El éxito de Andalucía ha supuesto un revulsivo interno absoluto y la convicción de los territorios es que tendrá efectos directos en todos los ayuntamientos en lo que respecta al hundimiento de los naranjas y el freno a Vox.
El PP trabaja ya a pleno rendimiento, especialmente la vicesecretaría de Coordinación Autonómica y Local que dirige Pedro Rollán (en coordinación con Elías Bendodo como coordinador general y Miguel Tellado, vicesecretario de Organización y hombre fuerte de Feijóo que visita todos los territorios), en un análisis pormenorizado de las alianzas de populares y naranjas en 2019.
El estudio se extiende a los ayuntamientos de toda España en los que en 2019 hubo coaliciones entre populares y naranjas. El cálculo general es que pueden recuperar un 80% del voto.
En Andalucía se ha visto con claridad en todas las provincias. Los 15 puntos de voto con respecto a 2018 que Cs perdió se fueron casi de manera íntegra a la papeleta de Juanma Moreno. El trasvase, como se vio en Madrid y Castilla y León, es automático. Como es cierto, admiten en la dirección del PP, que el 3% que siguió apostando por el naranja Juan Marín (casi 121.000 votos) no irán a parar nunca a los populares. Es una cifra muy pequeña que en Andalucía no ha tenido efecto, pero que en otros lugares contribuye a los restos de la ley electoral que hace bailar un escaño muchas veces.
Aun así, la certeza con la que trabaja el PP es el hundimiento total de Cs. Cuenta con que en las municipales de 2023 serán poquísimos los dirigentes que puedan sobrevivir y que lo harán de manera excepcional los que tengan una marca propia por encima de las siglas. Todas las miradas se dirigen a Begoña Villacís. Es una de las pocas referencias de Cs que en el PP sí ven con capacidad de resistir con tres o cuatro concejales.
Las encuestas publicadas sobre el Ayuntamiento de Madrid así lo avalan y a pesar de que también Marín era un candidato con perfil propio, los populares creen que Villacís es en este momento la única dirigente naranja que puede seguir arañando apoyos suficientes.
EL SOCIO MINORITARIO El análisis en Génova coincide con el de Cs: en las coaliciones el socio minoritario siempre sale perjudicado por la incapacidad de vender éxitos de gestión. Todos los hitos de un Gobierno acaban en manos del presidente o el alcalde, como en Andalucía aunque Cs ostentara consejerías clave para el cambio como la de Empleo.
El caso de Madrid, sin embargo, es más particular. Primero, por la diferencia tan clara que se vio entre los liderazgos de Ignacio Aguado (desde el primer día firmó la guerra con Isabel Díaz Ayuso y la extraordinaria popularidad de la dirigente madrileña acabó con la carrera política del vicepresidente, cesado tras el adelanto electoral) y Villacís (el Gobierno de coalición siempre ha funcionado y la lealtad ha estado asegurada a pesar de algunas discrepancias). Y también, asumen en ambas formaciones, por algunos tropiezos que han mermado la fama de alcalde de España del propio José Luis Martínez-Almeida.
Tras la crisis interna que dejó tocado al regidor (era el portavoz nacional de la dirección de Pablo Casado, se vio envuelto en el supuesto espionaje a Ayuso y tuvo que declarar en la comisión de investigación). Almeida lleva semanas trabajando en recuperar el pulso municipal y alejarse de cualquier polémica interna.
En el congreso del PP de Madrid en el que Ayuso fue aupada a presidenta del partido a nivel autonómico (convirtiéndose así de manera oficial en una de las baronesas clave de la formación bajo la batuta de Feijóo), el alcalde de la capital quedó confirmado como candidato a 2023. No es que existieran dudas al respecto, pero sí algunas sombras. Y en la cúpula popular no escondían su temor a que Almeida no pudiera recomponerse tras lo sucedido y salir del bucle en el que parecía inmerso durante semanas.
A ese cierto descrédito contra el que lucha ahora, reflexionan en el PP, se une la buena imagen que sí tiene Villacís entre votantes del centroderecha y sectores empresariales y sociales de la ciudad.