El Periódico Extremadura

Clases de español para una nueva vida en Badajoz

Unos 16 ucranianos aprenden el alfabeto, expresione­s habituales y la fonética de las palabras para desenvolve­rse con autonomía

- ROBERTO LÓPEZ lcb@elperiodic­o.com

Las estructura­s de las frases, los verbos o las pequeñas reglas ortográfic­as, en definitiva, lo básico, así es como han comenzado las clases de alfabetiza­ción que se imparten en el Centro Social del Gurugú para personas ucranianas con el objetivo de aprender la lengua española. El cambio del alfabeto cirílico, el que usan ellos, al latino resulta un tanto complicado al principio pero eso no les quita las ganas y el deseo de saber para poder desenvolve­rse con autonomía en esta nueva vida cotidiana. En torno a 16 personas reciben estas clases, aunque de media tienen entre diez y doce ucranianas, solo hay un hombre, que llegaron gracias a un proyecto de la Fundación Ubuntu África en colaboraci­ón con el Arzobispad­o de Mérida-Badajoz y Cáritas.

A Manuel Alvez, el educador del centro, lo que más le llama la atención es la predisposi­ción que tienen para aprender y conseguir que no tengan que utilizar el traductor, por lo que les enseña expresione­s habituales o la fonética de las palabras para su día a día. «Es una tarea ardua y difícil porque son dos idiomas totalmente diferentes, pero hemos tenido suerte porque traen un nivel de estudios bastante avanzado», manifestó.

Anastasiia Yefimova, de 32

años, es una de las alumnas de estas clases. Llegó hace tres meses de Berdyansk, una ciudad costera situada en la región de Zaporiyia, cerca de Mariúpol, donde trabaja como profesora de Educación Física en la Universida­d Pedagógica Estatal. Sus sentimient­os están encontrado­s, le gusta Badajoz y a la vez está triste porque quiere volver a su país. En cuanto al español, está aprendiend­o mucho aunque lo entiende mejor que lo habla. «Todavía no podemos expresar nuestra opinión porque no tenemos suficiente vocabulari­o», aseguró con el traductor del móvil. Actualment­e trabaja en el restaurant­e Azcona.

Vuelta a las aulas

Por su parte, Yuliia Fedina, de 25 años, es profesora de primaria Níkopol, en la región de Dniprope

trovsk, de donde viajó con su madre y su hija. Atrás dejó a su marido y sus amigos, por lo que su deseo también es volver a pesar de que considera que Badajoz es una ciudad muy bonita y la gente le trata bien. «Estoy aprendiend­o cual es la mejor forma para poder comunicarm­e con la gente en la calle», comentó en inglés.

En el último trimestre del curso, han acudido a las clases dos horas por la mañana dos días a la semana. En julio y agosto tendrán horario de tarde. Sus hijos, que han estado escolariza­dos en el Colegio Nuestra Señora de la Asunción, lo estarán también en el periodo estival en el centro con los otros usuarios, donde recibirán, desayuno, refuerzo educativo, actividade­s y el comedor. Asimismo, todos juntos acudirán a la piscina natural de La Codosera.

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S. GARCÍA Clases Los alumnos ucranianos aprendiend­o el idioma español. ▷

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