El barrio de San Juan vuelve a vivir unas fallas sin miedo al covid
La gente volvió a W concentrarse para la quema y ‘manguerazos’
Como antes de la pandemia. Así se han vivido la pasada semana las fiestas del barrio de San Juan de Plasencia. Pocos querían perderse la feria chica de la ciudad y ha vuelto a demostrarse, con las calles del entorno de la falla llenas de gente y eso a pesar del chaparrón que cayó poco antes de que ardiera.
No obstante, la climatología permitió que hubiera fuegos artificiales, muy valorados por el público y, ya a medianoche, llegó el momento de que ardiera la falla, dedicada este año precisamente al covid, representado en tamaño gigante. Tampoco faltó Putin y los chascarrillos de Tino Neria.
En este caso, el agua que había caído sí afectó a la falla y la traca «empezó muy bien, pero luego se paró porque, como se había mojado la falla, no consiguió llegar al centro». La actuación de los bomberos permitió solucionarlo y las llamas hicieron su aparición para destruir lo construido.
Además, a pesar de la temperatura, se recuperó otra tradición, la de los manguerazos de los bomberos a quienes quisieran recibirlos, que acabaron calados.
«Ha salido todo muy bien, todas las actividades, la gente tenía ganas de fiesta y nos ha dado la enhorabuena».
Un día antes de la quema de la falla, tuvo lugar el pregón de las fiestas, que este año ha recaído en Juan Luis Regidor, un socio que «siempre ha trabajado en la som
bra y ha dado muchísimo por el barrio, es un bastón muy importante para esta directiva». Regidor recibió por primera vez una escultura con la imagen de la pasarela que cruza el río por el barrio, diseñada por el estudio de arquitectura Juan Antonio Álvarez y realizado
por una empresa de Baños de Montemayor.
Además, hubo animación musical, una regata de piragüismo, puertas abiertas del club Río Jerte y un mercado artesanal en el paseo fluvial, misa y reparto de ponche y dulces.