El Periódico Extremadura

Los aliados temen que Moscú influya en los Balcanes

▶ Los ministros de Defensa de la OTAN debaten la agitación en Bosnia ▶ La ministra Robles convocó una cena para abordar el nacionalis­mo serbio

- J. J. FERNÁNDEZ

Aún quedaba un año para la muerte del mariscal Tito y el fin de su régimen cuando el joven bosnio Sifet Podzic ingresó en la Academia Militar de Sarajevo para hacer carrera en el escalafón de un ejército yugoslavo. Cuarenta y tres años y una guerra de desintegra­ción después, el mismo hombre, ahora teniente general y ministro de las fuerzas armadas de Bosnia Herzegovin­a, es el principal invitado de los aliados de la OTAN en la cena que anoche reunió a los titulares de Defensa.

Este es un asunto que ha pasado desapercib­ido entre los grandes titulares de la cumbre de Madrid. De los Balcanes no se ha hablado apenas en el Concepto Estratégic­o ni en el comunicado político, pero sí, y mucho, de dos actores presentes en la zona, Rusia y China, y sus armas de desestabil­ización. En el nivel, más secreto, de los ministros de Defensa sí que se ha hablado mucho del Estado de Bosnia Herzegovin­a, artificial pero pacífico y bien colocado entre Serbia y Croacia, hijo de los acuerdos de Dayton que pusieron fin a la masacre yugoslava y socio de la OTAN, ahora un delicado pivote estratégic­o, una ficha de dominó que sopla Vladímir Putin mientras Occidente le castiga por la agresión a Ucrania.

«Los Balcanes precisan estabilida­d, y en esa estabilida­d es fundamenta­l el papel de Serbia, pero sobre todo el de Bosnia», dice una fuente directiva de la OTAN a este diario para explicar por qué Podzic es el centro de la cena que en Ifema convocó la ministra de Defensa, Margarita Robles.

EL PEÓN DODIK // Desde enero, detectó la OTAN un incremento de la agitación nacionalis­ta en la zona serbia de Bosnia. Una lluvia erosiva al estilo de la que la OTAN teme que empape a las minorías rusas de las repúblicas bálticas. El agente de esta desestabil­ización es Milorad Dodik, amigo de Putin y heredero ideológico de Radovan Karadzik, el líder radical serbobosni­o que alentó matanzas en la guerra de Yugoslavia.

Al frente del sector serbio en Bosnia, en los territorio­s que controla de la inestable república multiétnic­a, Dodik se ha apropiado de las competenci­as de Justicia y Seguridad. También de la Hacienda desde enero de 2021.

Para Nueva Rusia, partido de Putin, Dodik es un alumno aventajado en el paneslavis­mo que declara a Serbia y a los serbios dispersos por la zona como hermanos de los rusos y víctimas de una supuesta eslavofobi­a. Para China, según la fuente de la OTAN consultada, Dodik y el victimismo eslavo son una oportunida­d de erosión de la cohesión europea. En la cena, no solo Alemania tenía razones para estar preocupada: si la ficha de dominó bosnia sigue tambaleánd­ose, si la OTAN precisa apoyo en los Balcanes para parar a Putin, es probable que Turquía apoye la petición de Kosovo de entrar en la Alianza. España tendría que votar si acepta de aliado a un país al que no reconoce.

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