La Moncloa construye su barrera contra la desinformación rusa
Seguridad Nacional impulsa medidas para prevenir bulos que podrían desestabilizar las elecciones La creciente polarización de la sociedad es vigilada por los expertos como un riesgo destacado
Con el Ejército ruso guerreando en Europa, el continente atenazado por la inflación y la escasez de gas, con elecciones autonómicas y municipales en 2023, y generales, gallegas, vascas y europeas en 2024, España se pone a tiro de campañas rusas de desinformación e injerencia, como las que estos días investiga el Parlamento Europeo. Es la amenaza bajo la que la Moncloa construye una barrera institucional para «prevenir y si es necesario responder» –dice una fuente gubernamental– a bulos que pudieran afectar al orden o, y es el flanco más inmediato, a la calma de las próximas campañas electorales.
El jueves pasado quedó constituido el Foro contra las Campañas de Desinformación en el ámbito de la Seguridad Nacional, primera piedra del muro. Dándole una composición público-privada, el Ejecutivo trata de no repetir debilidades del primer intento, en 2020, articulado bajo la presión de la pandemia: en noviembre de aquel año, el Ministerio de la Presidencia que entonces dirigía Carmen Calvo, publicó en el BOE un «plan de actuación contra la desinformación» al que dispararon el PP y Vox, acusándolo de antesala de la censura.
Esta vez ha habido un proceso previo de consulta a los expertos de la sociedad civil –sobre todo la prensa y la universidad–, antes de crear el ente, en el que se sientan ocho entidades, desde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia hasta el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Preside el general y director del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), Miguel Ángel Ballesteros. La secretaría de Estado de Comunicación es vicepresidenta a través de la politóloga Laura Voces.
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EL PELIGRO DE LA IRA Fuentes policiales de Inteligencia prevén este invierno una proliferación de mensajes desestabilizadores tratando de relacionar la crisis económica con la ayuda militar a Ucrania, restando credibilidad a la información de prensa sobre la guerra, agudizando el temor a un ataque nuclear o «extendiendo
una sensación de vulnerabilidad en el abastecimiento o ante sabotajes», explican.
La creación del foro no será la única «medida de protección», como la tildan las fuentes gubernamentales. En el DSN atisban un peligro destacado y una línea de defensa prioritaria. El primero es la polarización de la sociedad española; la segunda es la alfabetización mediática.
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POLARIZACIÓN Del peligro habla el último ranking del informe de Democracia V-Dem (Universidad de Gotemburgo, marzo pasado). A la vez que sitúa a España en el puesto 18 del rango Democracia Liberal, la coloca en el 23 de entre los 40 países que más se han polarizado. El estudio hace mención a la polarización de España, junto con la de EEUU, Alemania y Portugal, como ejemplos destacados.
«La ira que se ve en el móvil lleva a algunos a planear asesinatos», advierte la fuente policial. El Gobierno ha constituido un primer organismo contra la desinformación el mismo día que la Audiencia Nacional elevaba la pena de prisión para el vigilante de seguridad catalán fanatizado que planeó matar a Pedro Sánchez, solo horas antes de que un hombre de 42 años empapado de teorías de la conspiración le rompiera la cabeza al marido de la presidenta de la Cámara de Representantes norteamericana, Nancy Pelosi, y cuando culminaba la campaña electoral más crispada de la historia de Brasil.
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LO QUE INVENTAN OTROS La barrera de la Moncloa contra la desinformación no es una excepción ibérica; se une a toda una corriente de iniciativas de este tipo, recomendadas por la Unión Europea y la OTAN, y con énfasis desde la invasión de Crimea. En el Reino Unido, cuyo Brexit fue terreno abonado para la siembra de bulos, el Government Communication Service, ha editado Resist 2, un manual de protección contra la desinformación encabezado por un lema de Aldous Huxley: «Una verdad poco emocionante puede ser eclipsada por una falsedad estremecedora».
En el entorno de la Moncloa es aún asunto de reflexión la dependencia de futuras iniciativas de defensa contra la amenaza híbrida de la desinformación, si habrán de ser de Defensa e Interior, o con una orientación más civil; y, en ese caso, si dependientes de la Secretaría de Estado de Comunicación, al estilo británico, o más del área de Protección Civil, como en Suecia.
Fuentes policiales de Inteligencia prevén este invierno una proliferación de mensajes desestabilizadores