El Periódico Extremadura

Empate asumible del Mérida en casa

El equipo de Juanma Barrero pudo perder en un encuentro en el que el Algeciras falló un penalti en la recta final

- NONO SAAVEDRA deportes@extremadur­a.elperiodic­o.com

Seis goles, cuatro expulsione­s y dos penaltis son algunos de los ingredient­es que tuvo el apasionant­e encuentro que protagoniz­aron Mérida y Algeciras. Los dos equipos pudieron ganar o perder y al final, empataron, y dejaron un gran espectácul­o sobre el tapate del Romano José Fouto.

La primera parte fue claramente de dominio local. A los tres minutos, Carlos Cinta se inventa una asistencia perfecta para Nando Copete que se planta ante el portero, pero su disparo ajustado se va fuera por poco. A partir de ahí, el Mérida fue mejor, aunque los visitantes a balón parado, principalm­ente en saques de esquina, tuvieron ocasión de colgar balones al área aunque sin peligro.

En cada partido, Cinta crece aún más, si anteriorme­nte se disfrazaba de asistente, ahora tiraba de toda la picardía que le confiere la calle para provocar un penalti en una jugada que arrancaba con él, conseguía controlar y descargar hacía atrás, el balón caía a la izquierda y el pase filtrado muy bien medido por el delantero, hacía lo justo para tocar antes de que llegara el portero para que este se lo llevara por delante. Bonaque sería el encargado de ejecutar la pena máxima.

Los locales se aprovechar­on del buen momento en el que se encontraba­n para seguir dominando y, doce minutos después, en un balón largo sin aparente peligro, Larrubia le come la tostada a Tomás Sánchez, se planta ante el portero, pero Flere la salva con el pie, parecía que todo había acabado, pero de nuevo el extremo romano caricaturi­za al lateral robándole la pelota dentro del área y marcando a puerta vacía.

El resultado daba tranquilid­ad a la parroquia romana que además veía como la diferencia podía ser aún mayor solo dos minutos después, cuando Lolo Plá habilitó a Carlos Cinta, este hizo jugada de extremo como mandan los cánones, puso el pase de la muerte y, primero Larrubia y después Nando Copete, no conseguían meter el tercero con todo a favor.

Se llegaba a los últimos minutos del primer acto y para los de Barrero era muy importante llegar con la ventaja de dos goles al descanso para afrontar la segunda mitad, sin embargo, en esta categoría la calidad individual en todos los equipos brilla en los momentos oportunos. Este fue el caso de Mena, cuando peor estaban los suyos, lanzó un zapatazo desde lejos, imparable, dando en la parte inferior del larguero pegado a la escuadra para ponerle emoción al choque.

SEGUNDA PARTE En la reanudació­n, Iván Ania, técnico algecireño, sabía que su equipo había sufrido en el flanco zurdo y lo cambió entero, dando entrada a Alejandro Benítez, un lateral derecho para jugar en la izquierda y tapar la zurda de Larrubia, y a Elejalde en punta, haciendo caer a la izquierda a Álvaro Romero.

La jugada le salió perfecta, pues en la primera acción del propio Elejalde provocó una jugada que protestó como penalti, para cuatro minutos después conseguir el empate al aprovechar un balón mal defendido.

El Mérida había salido dormido tras la reanudació­n y veía como en dos acciones les habían empatado el partido. A partir del empate, el partido se rompe, con muchos acercamien­tos a ambas áreas, aunque sin ocasiones claras. También el árbitro empieza a tener su protagonis­mo con una falta de criterio uniforme.

Dentro del descontrol que le daba atractivo al choque, Nacho González aprovechó un balón suelto dentro del área, tras un saque de esquina, para volver a adelantar a los locales, sin embargo, la alegría solo duró un minuto,

pues en la acción siguiente, sería Álvaro Romero desde la frontal el que volvería a poner las tablas.

La gran diferencia entre este encuentro y otros para los locales, es que, por primera vez en mucho tiempo, los jugadores que han entrado desde el banquillo no han mejorado al equipo. Especialme­nte señalados quedan Garay, que entró en el 57 por Pipe lesionado y fue expulsado por dos acciones con Romero solo 19 minutos después, y Viñuela, que en su primera acción provocó un penalti muy claro en el minuto 84, con el Mérida ya con diez por la expulsión del propio Garay.

En el fútbol se necesita muy poco para pasar de héroe a villano. Álvaro Romero había marcado el empate, había provocado la expulsión del lateral del Mérida y estaba ante la oportunida­d del gol de la victoria de los suyos, pero quiso lanzar el penalti a lo Panenka, Javi Montoya se lo leyó y detuvo en dos tiempos, algo que se celebró como un gol en la grada.

Todavía restaban seis minutos más el alargue pero existía la sensación de que podía ocurrir más cosas y las hubo: Bonaque se vio obligado a agarrar a Romero pero supo provocar la agresión del media punta, por lo que el central fue expulsado por su segunda amarilla y el rival con roja directa, es decir, nueve contra diez acabaría el choque que apunto estuvo de tener un final feliz, si Cinta hubiera

acertado en un remate de primeras tras un centro de Sandoval.

Al final, segundo empate consecutiv­o en casa de los romanos, de nuevo en un partido muy entretenid­o

para la afición que ve cómo su equipo puede competir con cualquiera hasta el momento, acumulando ya ocho jornadas seguidas puntuando.

 ?? AD MÉRIDA ?? Piña del Mérida tras un gol.
AD MÉRIDA Piña del Mérida tras un gol.

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