El Diocesano sigue estancado
Los colegiales caen a zona de descenso tras perder con el Socuéllamos en la que es su tercera derrota consecutiva
Se ha estancado el Diocesano, que este domingo encajó ante el Yugo Socuéllamos la que es su tercera derrota consecutiva (0-1), un resultado que le empuja hasta posiciones de descenso. No es peor que su rival el conjunto colegial, no lo ha sido al menos en los dos últimos partidos como local, pero tampoco es capaz de culminar y los pequeños detalles, esos que siempre deciden las cosas, le están castigando. Fue así contra el Leganés B ocho días atrás (2-3) y volvió a repetirse ante el Socuéllamos, que apenas tuvo un par de ocasiones claras y un cincuenta por ciento de acierto, suficiente para quedarse con todos los puntos.
Con tres centrales saltó al terreno de juego el conjunto colegial. La misión de Sahuquillo, Armenta y Ginés era generar siempre superioridad ante un ataque con dos `9' puros como Pepe Delgado y David Agudo. Esa defensa de cinco, o de tres con cuatro jugadores por delante (entre ellos los dos laterales más Sergio Rivera y Javi González) como después explicó Adolfo Senso, desconcertó al equipo. Le costó asimilarlo y el Socuéllamos lo aprovechó para dominar. Fueron quizás los únicos minutos en los que el conjunto castellano manchego fue claramente mejor.
El único recurso del Diocesano en ese momento, incapaz de hilar tres pases seguidos, eran los desplazamientos en largo para que Dieguito corriera. Pero era la única referencia y su lucha era un quiero y no puedo. Aún así, fue capaz de generar un par de ocasiones, primero un disparo desde fuera del área de Sergio Rivera que se fue fuera y después un cabezazo de Manu que sacó el primer
«¡uy!» a la grada de Pinilla pero se fue alto. Era el minuto 25 y poco antes había gozado el Socuéllamos de la mejor que tuvo en los primeros 45 minutos, pero ni David Agudo ni Bayo acertaron a rematar el balón.
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EL ZARPAZO DEL `SOCU' La mejoría del Diocesano en el último cuarto de hora del primer tiempo fue clara. Mantuvo el nivel a la vuelta de los vestuarios. Pero la alegría en ataque la pagó en defensa. En una de esas máximas no escritas del fútbol, cuando mejor estás jugando te marcan. Le pasó a los colegiales. Era el minuto 53 cuando Christian filtró un pase entre la maraña de centrales del Dioce. La asistencia la recogió Facu, que no perdonó ante la salida de Jorge Jiménez, que se estrenaba en la portería del conjunto cacereño.
Se nubló el Diocesano, incapaz de aguantar el balón. Perdonó el Socúellamos, complaciente con el 0-1 y sin aparentes ansias de querer sentenciar el partido. Lo pudo hacer en el 81, cuando Yalike definió muy mal un gran contraataque de los castellano manchegos.
Antes había empezado el carrusel de cambios. Sensó renovó primero a los jugadores más adelantados, dejando Dieguito y Pablo Guerrero su sitio a Rayco y Jonatan Viera. Un cuarto de hora después cambió el sistema, dejan solo dos centrales y situando a Iván Cabellud y Rubén del Valle como extremos.
Solo al final, cuando el tiempo se consumía, apretó el Diocesano. Es ese arreón que siempre surge tirando de corazón y que en muchas ocasiones da sus frutos. No esta ocasión, aunque el conjunto rojillo lo rozó. Primero, en el 87, tuvo una doble ocasión, ambas muy claras. Primero, un cabezazo a bocajarro de Rayco que detuvo Nieves, aunque el balón llegó a Sergio Rivera, que casi desde dentro del área pequeña le dio con toda el alma, pero entre la defensa y el portero evitaron el tanto.
Las siguientes oportunidades locales fueron ya en el alargue. Pliego, de cabeza, la mandó a las manos del portero y Rubén del Valle en una falta casi en la media luna del área se topó con la maraña de piernas. No hubo tiempo para más.
Tres derrotas seguidas atosigan a los colegiales, en zona ya de descenso y obligados a levantarse. Y el domingo toca visita al Guadalajara.