«Hace más de un año que no piso un Zara»
La `influencer' Gala González ha presentado su ropa en la pasarela 080 ▶
Gala González (A Coruña, 1986) tiene el honor de ser considerada la primera bloguera de moda en España. La modelo, socialité, it-girl y dj es también sobrina del diseñador gallego Adolfo Domínguez, pero hace tiempo que vuela sola. Y muy alto. Mientras estudiaba diseño en Londres, decidió subirse al carrusel de la moda, entonces, del Fotolog (aquello que existió antes de Instagram). Triunfó tanto con aquel juguete, que se animó a abrir su propio blog: amlul.com, el germen de su marca y, hoy por hoy, las coordenadas de su tienda online, pues, salvo un show room en Madrid, sus prendas atemporales y made in Spain, como le gusta reivindicar, las vende todas por internet.
«Las marcas clásicas buscan posicionarse en internet y yo hago justo al contrario, en lo físico», aseguraba en el backstage pocas horas antes de empezar su primer desfile la joven diseñadora, vestida con una sencilla camiseta blanca, vaqueros y deportivas. Su debut en una pasarela se ha hecho realidad esta semana en la 30ª edición de la 080 Barcelona Fashion, que ha vuelto a llenar el espectacular Recinto Modernista de Sant Pau de desfiles con público tras varias ediciones virtuales por la pandemia de coronavirus.
/ RECONOCIMIENTOS «Me siento privilegiada de estar aquí, es todo un honor y una responsabilidad». Lo dice alguien que a su corta edad acumula numerosos títulos; uno de los últimos, el que la revista Forbes la incluya en su lista de Best Influencers 2022 (tiene un séquito de 1,5 millones de seguidores en su cuenta personal de Ins
tagram y otros 100.000 más en la de su marca). Antes ya había recibido distinciones y premios a la mejor comunicación en 2012 y 2018 por parte las revistas Cosmopolitan y Woman Madame Figaro, y en 2016 apareció por primera vez en la reconocida lista de Fashionista, convirtiéndose en la primera española en figurar en el top 10.
Todo eso la llevó a diseñar colecciones cápsula (una serie no muy grande de piezas básicas) para grandes del sector como Mango, Adolfo Domínguez, Tous, Superga y Pompeii, entre otros, mientras compaginaba este trabajo con su carrera en el mundo digital como prescriptora de moda. Hasta que en 2019 dio un paso más allá y lanzó su propia marca.
Para su prueba de fuego en la pasarela 080 se trajo una veintena de looks en todos los colores del arcoíris. «Son las siluetas más representativas de nuestra marca», recalcó. Esto es: vestidos, kimonos, tops y pantalones... Sunrise to sunset se llama el conjunto de estos nuevos bestsellers atemporales, que se pueden llevar desde que comienza el día y hasta que cae la noche.
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PRECIOS AJUSTADOS «Mi obsesión es encontrar una silueta que siente bien a todas las mujeres, y con la que mejor trabajo es con la del uniforme», detalla la joven que, a pesar del «poco tiempo libre» que le deja su nueva faceta, admite que seguirá dando el callo en Instagram, «aunque sea opinando de otros temas que no tengan que ver con la moda». «Me gusta el feedback con mi comunidad», apostilló.
Producción sostenible, hecha 100% en España y cosida a mano casi toda por hombres. Sí, porque
Gala se queja de que «ya no quedan costureras». «La mayoría de los vestidos que llevamos los han cosido hombres, muchos de ellos marroquís. A pesar del trabajo que hay detrás, nosotros vendemos muy ajustado. El vestido más caro sobrepasa por poco los 300 euros», explicó en Barcelona. Un precio competitivo para unas prendas que le quitan de las manos, sobre todo público de EEUU, Francia y español (por este orden).
«Ahora casi todo se mueve por internet. Yo misma hace más de un año que no piso un Zara ni ninguna tienda física. ¡Si hace poco me enteré de que cobraban unos céntimos por la bolsa!», asegura Gala, que aun así, no descarta participar en más desfiles presenciales después de este primero en Barcelona. De momento, la famosa bloguera tiene su próxima cita física en París, donde en diciembre abrirá una pop up, una tienda efímera para entendernos.
«Ya no quedan costureras. La mayoría de mis vestidos los han cosido hombres marroquís», afirma