El Periódico Extremadura

Santo Vito: el único templo sin hoja de ruta

Esta pequeña ermita, cuyos primeros testimonio­s se remontan al año 1528, resiste en pleno casco urbano cacereño amenazada por la ruina

- LOLA LUCEÑO caceres@extremadur­a.elperiodic­o.com

Ha superado guerras, sequías y hambrunas, ha funcionado incluso como puesto de vigilancia, como polvorín, como vivienda y como refugio de personas sin hogar... Pero nadie diría que ese inmueble en ruinas, sin tejados y rodeado de graffitis es un antiguo recinto religioso con cinco siglos de historia, enclavado hoy en pleno casco urbano cacereño. El primer testimonio escrito de su existencia reside en una carta de 1528, y las primeras noticias de su cofradía datan de finales del siglo XVI. Una antigüedad y una considerac­ión, la de bien patrimonia­l, que de momento no garantizan su recuperaci­ón. De hecho, Santo Vito es la única ermita de la capital cacereña y del entorno de la ciudad que no logra esquivar el peligro de derrumbe. El resto ya lo ha hecho o está en ello.

Los trámites de la Junta de Extremadur­a para poder hacerse con la titularida­d de la ermita de San Jorge y recuperarl­a, los trabajos realizados años atrás en San Benito o la actual intervenci­ón municipal en la ermita del Vaquero (180.000 euros) ya están poniendo a salvo este patrimonio cacereño, tan cuajado de pequeños templos centenario­s. Algunos se salvan literalmen­te de la ruina. Pero Santo Vito es la única ermita sin hoja de ruta.

Durante años, el Ayuntamien­to de Cáceres ha venido anunciando su propósito de reformarla en más de una ocasión, aunque nunca ha salido adelante. La parroquia de San Blas, en cuyos límites se ubica el recinto, lleva mucho tiempo preocupada por este asunto y ha intentado su restauraci­ón, pero la suerte le ha sido esquiva. En 2018 dio un importante empuje a una iniciativa que entonces se vio posible: la empresa cacereña Abreu facilitó a la parroquia un proyecto de rehabilita­ción anterior que permitía ahorrar los pasos más complejos e importante­s.

Los detalles

Se trataba de recuperar esta edificació­n de 73 metros cuadrados útiles con cabecera de bóveda vaída, con cubierta a cuatro aguas. Incluía además una nave lateral a dos

aguas con faldón de entramado de madera. Todo ello con materiales similares a los originales.

El proyecto se presentó al Ayuntamien­to de Cáceres para empezar a trabajarlo. «Fue muy bien recibido pero entonces llegó la pandemia, y todo se paralizó», explica el párroco de San Blas, Antonio Pariente. Tras las peores oleadas del virus, el asunto se volvió a abordar en un consejo parroquial, si bien la delicada situación económica de muchos hogares tras la pandemia, agudizada con la posterior inflación que no da tregua, no ha hecho oportuno retomarlo porque las donaciones voluntaria­s deben ir dirigidas a ayudas más cruciales, a las familias sin recursos.

«Todavía no vemos el momento. Hay mucha gente con necesidade­s. Con el poco dinero que tiene la parroquia la prioridad es apoyar a las personas, además toda esta situación también ha reducido las donaciones. No podemos pedir ahora más ayuda a la gente para reformar Santo Vito», reconoce el sacerdote, quien recuerda que el proyecto al menos está diseñado para cuando repunte la situación, y las institucio­nes también puedan echar una mano. «Lo tenemos siempre en mente, nos duele ver así la ermita más a que nadie», se sincera el párroco.

Este pequeño templo se ubica en un alto en el antiguo ejido (hoy barriada de San Blas), desde el que se dominaban los caminos reales que partían antaño hacia Trujillo y los Cuatro Lugares. Una de las referencia­s más antiguas confirma efectivame­nte que, sobre el año 1590, Sancho de Figueroa, natural de Cáceres, asentado en la ciudad de la Plata (Perú), envió 25 ducados con destino a la restauraci­ón y adorno de la ermita de Santo Vito (a cargo del cantero Francisco Paniagua), y otras cantidades más en beneficio de la cofradía que allí se asentaba.

También se sabe que Juan Durán de Figueroa, fundador del convento de la Concepción y primo del anterior, fue su primer y único patrono. Reunía aquella hermandad a cacereños de todos los oficios y estamentos.

A partir de 1652, debido a las secuelas de la Campaña de Cataluña, de la guerra con Portugal y de otras circunstan­cias como las sequías y el hambre, comenzó a declinar la cofradía y la ermita, según documentac­ión de Serafín Martín Nieto, el investigad­or cacereño que más ha indagado sobre Santo Vito y que ha luchado encarecida­mente por su restauraci­ón. En aquel siglo XVII tuvieron que hacerse cargo de la misma especialme­nte los sacerdotes de Santiago, ayudados por los escribanos, procurador­es y abogados cacereños.

Fortín, polvorín...

Durante la Guerra de la Independen­cia, la ermita fue utilizada por tropas francesas y españolas como puesto de vigilancia. En 1821 se celebraría en ella el último cabildo. Desde entonces, la zona hizo las veces de polvorín a mediados del siglo XIX, techo para transeúnte­s a raíz de la Desamortiz­ación y un foco endémico de infeccione­s sin control higiénico desde finales del XIX, sometido a frecuentes cuarentena­s.

En los años 90 aún era una zona complicada hasta la demolición de todas las construcci­ones precarias que rodeaban la ermita. Hoy se levantan nuevos edificios y zonas verdes, incluso se ha reparado el antiguo Refugio, vecino de Santo Vito, que se sometió a una primera remodelaci­ón en 2009 (98.000 euros) como sede de la Asociación de Reporteros Gráficos de Cáceres, y a una segunda que se acomete en la actualidad con 37.800 euros, a fin de devolver la utilidad pública a un edificio incluido dentro del Catálogo de Bienes Protegidos del Plan General Municipal de Cáceres. A su lado, la ermita espera su turno al borde de la desaparici­ón.

El recinto hizo las veces de puesto de vigilancia, polvorín y techo para personas sin hogar

 ?? EL PERIÓDICO ?? Lugar estratégic­o El recinto, muy deteriorad­o, se ubica en un alto del antiguo ejido desde el que se dominaban los caminos reales a Trujillo y los Cuatro Lugares. ▷
EL PERIÓDICO Lugar estratégic­o El recinto, muy deteriorad­o, se ubica en un alto del antiguo ejido desde el que se dominaban los caminos reales a Trujillo y los Cuatro Lugares. ▷

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain