Decide la varita de Carmen Acedo
La joven centrocampista del Cacereño protagoniza una sublime exhibición que conduce al triunfo ante el Oviedo
Carmen Acedo sigue a lo suyo. La talentosa centrocampista-adolescente (en septiembre cumplirá 18 años) se echó al Cacereño Femenino a sus espaldas, con convicción de líder, para conducir a
las suyas al triunfo ante el Oviedo (2-1), que devuelve a las extremeñas a zona de eliminatoria de ascenso a la élite.
Acedo enamoró, una vez más, a quienes tuvieron el privilegio de verla jugar. Fue en el Príncipe Felipe, escenario glorioso donde, tras un primer tiempo discreto, agitó su varita mágica para enarbolar la bandera de la brillantez futbolística en su máxima expresión. Ver cómo se gira, cómo maneja, como gambetea, es un placer absoluto
para la retina. Y el fútbol es disfrutón con ella también cuando se pone el mono de trabajo, pide el balón y decide qué hacer porque es una increíble intérprete del arte de la filigrana a la vieja usanza. Maravilloso.
No fue fácilm en cualquier caso. El golazo de Sonya Keefe hizo olvidar el dubitativo inicio local. Parecía que el control era verde, pero en un córner llegó el empate, rematado muy sibilinamente por Yannel al alimón con la defensa
cacereña Mireia. A remar de nuevo tocaba.
La tuvo Angie Castañera tras otro saque de esquina en un partido en el que las defensas estaban eran escasamente fiables. Apenas ocurrieron cosas hasta el final del primer acto, mejor entendido por el Oviedo.
/
SEGUNDA MITAD Los dos cambios que introdujo Ernesto Sánchez en el asueto surtieron efecto con, ya sí, una evidente superioridad local, aunque hasta el 61 no salió Edna, con las pertinentes dudas sobre su estado físico tras producirse un esguince de rodilla de hace dos semanas.
Angie y Carmen Acedo tiraron entonces del carro, con una muy buena versión de Manoly y la contundencia atrás de Mireia.
Entraban por entonces las dudas en el equipo extremeño, que no acertaba con la meta contraria. Sin embargo, Acedo tuvo un instintivo gen ganador que se prolongó cerca de 20 minutos. La descarada adolescente pidió todos los balones durante ese tiempo, entró en combustión y se lanzó a por el 2-1. Conectó varias veces con sus comipañeras hasta que Ayaka le tiró un pase en profundidad que acabó en penalti de la meta visitante sobre Acedo. Angie transformó en el tanto del triunfo.
Apenas tres minutos después, la protagonista de la mañana salía sustituida entre vítores de un público entusiasta, que este año ni siquiera tiene en el equipo masculino un referente claro. No era parea menos. El Cacereño conservó su ventaja sin apuros finales y los 350 espectadores almacenaron en su retina unas lujosas pinceladas de fútbol del bueno de una chica que tiene un don: apuntar a gran futbolista.
El equipo extremeño puede soñar en grande. La coyuntura vuelve a ser la mejor.