Menos arroz y más frutos secos: el efecto de la sequía
La falta de agua está obligando a los agricultores de todo el país a adoptar medidas que, a largo plazo, pasan por cambiar los cultivos
La sequía actual está obligando a los agricultores a adoptar medidas que, a largo plazo, pasan por cambiar los cultivos allí donde sea posible, reduciendo los que necesitan mucha agua como el arroz y optando por otros como los frutos secos. Este año se están superponiendo tanto la sequía meteorológica, producida por la escasez continua de precipitaciones, como la de tipo agrícola, marcada por el déficit de humedad en el suelo.
Esto afecta a los cultivos de secano porque no llueve y a los de regadío (más del 60% de la producción) porque se deben recortar sus dotaciones de agua ante el constante descenso del nivel de los embalses por debajo de lo normal, algo propio también de la sequía hidrológica. Muchos productores han visto una merma en sus producciones y un incremento en sus costes; y se debaten entre sembrar menos o dejar de hacerlo si no les sale rentable.
El profesor de Producción Vegetal de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) Carlos Hernández coincide en que, si hay menos agua, el agricultor puede optar por cultivos que consuman menos ese recurso, pero en casos como el olivar o el viñedo es más complicado, al ser cultivos leñosos o permanentes que requieren unas dotaciones mínimas.
Sobre los esfuerzos actuales para combatir la sequía en el campo,
Este año se están superponiendo la falta de lluvias y el déficit de humedad en el suelo
Hernández ve «muchas medidas de emergencia», pero echa de menos otras «más estructurales para garantizar el suministro», entre las que destaca un pacto de Estado sobre el agua y no solo a nivel de las cuencas hidrográficas. Cree necesario hacer una planificación hidrológica con un horizonte temporal «muy amplio», no solo inversiones cada tres o cuatro años, y llama a
aplicar esa visión estructural a la modernización del regadío y a la revisión del reparto del agua entre los distintos usos.
Hernández recomienda avanzar en las previsiones meteorológicas para que los agricultores de secano puedan tomar mejores decisiones y, en el caso del regadío, optar si se puede por productos de más valor añadido como las hortalizas, frutas y verduras, que pueden suponer una «ventaja en condiciones de menor disponibilidad de agua». El riego de precisión, reutilizar el agua en el campo, reducir las pérdidas por evaporación, ajustar los calendarios agrícolas a las nuevas condiciones son otras recomendaciones.