Womad despliega su amplio mapa sonoro en un nuevo cierre masivo
La jornada del sábado supera los 50.000 asistentes para poner el colofón a otra edición de récord Según las cifras oficiales, la jornada del viernes congregó a 36.000 personas: el jueves, 22.000
Lejos quedan las ediciones de Womad Cáceres en las que el balance oficial de todo el festival era de 50.000 asistentes. Esa cifra se rebasó ayer en una sola jornada, la que tradicionalmente es la más potente: la del sábado. La fusión de sonidos volvió a ser protagonista en el cierre de Womad Cáceres, que baja el telón anoche con artistas nacionales y ritmos de África occidental, Reino Unido, Italia y Alemania. Hoy se despedirá con talleres y el tradicional desfile, a partir de las 17.30 horas, desde San Jorge. Según el balance previo que realizó ayer el ayuntamiento, el pasado viernes el festival atrajo a 36.000 personas; el jueves a 22.000 personas. «Dos jornadas ejemplares y sin apenas incidentes», en palabras del alcalde, Luis Salaya.
Lo cierto es que la presencia masiva que se esperaba el viernes no llegó finalmente. Ambos escenarios (San Jorge y Plaza Mayor) se llenaron pero sin masificación. Incluso resultaba relativamente cómodo moverse entre las diferentes zonas del festival. Algo mucho más complicado durante la jornada de ayer, en la que ya a las 19.00 horas había un lleno técnico en la Plaza Mayor.
Cecilia Zango, Groovy Celtic Band, Hackney Colliery Band, Justin Adams & Mauro Durante y El Nido fueron algunos de los nombres propios que pusieron ritmo ayer al cierre del festival. La clausura este año corrió a cargo de los británicos Hackney Colliery Band, que maridaron ska y jazz contemporáneo.
En el lado opuesto, el folk de la Groovy Celtic Band, que forma parte de la selección extremeña del festival, y que levantó el telón de los conciertos ayer (desde las 18.45 horas). La Groovy Celtic Band es la primera vez que toca en Womad, pero tienen experiencia en festivales potentes como el Internacional do Mundo Celta de Ortigueira (en A Coruña), el certamen folk más importante del sur de Europa. Su solista, Carmen Loren, expresaba su sensación agridulce con el con
cierto: «Es un sueño cumplido pero solo nos permiten tocar media hora; es muy poco». Ese el tiempo reglamentario que establece la organización para los grupos extremeños. Otro de esos nombres autóctonos fue el de la joven Cecilia Zango, que pisó el escenario principal después de la banda celta, con una Plaza Mayor ya abarrotada.
Zangó ganó en 2018 el Concurso de Bandas del Iboga Summer Festival y ha tocado en salas de Madrid como la Caracol y la Starving; y en grandes eventos con artistas de renombre como el violinista Ara Malikian. Atraída por la música del sur, ha encontrado la belleza en el flamenco, la música árabe y la fusión. «Yo ya me pasé el clásico», señalaba entre risas en el encuentro con la prensa durante la mediodía de ayer, en referencia a su educación musical y sus actuales influencias. Los ritmos africanos volvieron al escenario Womad anoche con el veterano Gyedu-Blay Ambolley que a sus 76 años fue el primer músico de Ghana y del mundo en incorporar formas de rap a los ritmos de la vida local; y creó el género musical Simigwa.
Además, el escenario de San Jorge lo inauguraron el dúo formado por el guitarrista Justin Adams y el violinista Mauro Durante. La prestigiosa revista británica musical Songlines los eligió como ganadores del premio a la mejor fusión en 2022 y esto los ha puesto en el foco de los festivales internacionales.
Su despliegue sonoro fue anoche apabullante: de buscar nuevos puntos en común entre el Magreb, el desierto del Sahara y el delta blues, pasando por la melodía mediterránea, la taranta de Puglia en el sur de Italia y el soul rockero. Ese escenario monumental, de corte más intimista e innovador lo clausuraron a medianoche) El Nido (España), cuatro jóvenes castellanos que se conocieron en la Universidad de Salamanca, «nos escapábamos en plenos exámenes a Cáceres para disfrutar del Womad». Apasionados del folk, compusieron, produjeron y editaron ellos mismos su disco de debut “Huella y camino”. Hasta el festival ajustaron sus jotas, ajechaos, ruedas burgalesas, latas de pimentón y sartenes para tocar canciones con sabor añejo pero letras contemporáneas.
Por último, los alemanes Le Mali 70, una big band berlinesa con músicos malienses, y que hunde sus raíces en la música popular de África occidental, también pusieron a bailar a las miles de personas que abarrotarán un año más la Plaza Mayor de Cáceres este sábado, en la jornada grande de Womad.