Un centro que sí será comercial
Esta semana se ha tomado un acuerdo que seguramente se debió adoptar hace algo más de dos décadas, en el año 2001, cuando los propietarios de la parcela del antiguo matadero se reunieron para acordar la venta del suelo, un espacio con una ubicación estratégica. Los principales propietarios eran el ayuntamiento (39,2%) y diputación (34,8%). Se vendió para que fuese un centro de recreo, de ocio. Pero a ningún promotor le interesó. Y en 2004 se inició otro procedimiento, que sí tuvo un comprador: tres empresarios locales, que enseguida pidieron que la parcela tuviese uso comercial.
Esta semana se ha decidido dar mayor flexibilidad a los usos de la parcela. Esto permite que no haya una limitación tan ajustada como ha habido hasta ahora para que el centro fuese realmente comercial y no principalmente de ocio (lo que sería una temeridad porque la parcela ya linda con dos residenciales Junquillo y Castellanos-). Esta flexibilidad, en definitiva, lo que hará es facilitar que la parcela pueda dejar de ser un espacio vacío.
Ya no se puede hacer más para que aquí haya actividad. Ante las objeciones de Carreteras a los accesos por la avenida de las Arenas, el ayuntamiento pidió al ministerio la cesión del tramo de la avenida por el que se entra a la parcela. Y ante la petición de los promotores de que usos como el comercial no estuviesen limitados, esta vez el ayuntamiento ha dado facilidades con un cambio del plan de urbanismo que deja la
mayoría de la edificabilidad (la superficie construida) como terciaria, puede destinarse a comercio y a un espacio de recreo o restauración. Para evitar que toda la edificabilidad quedase al final como comercial, sí se establece que una parte de la misma tiene que ser para usos recreativos y de ocio (no solo bares o cafeterías,
también, por ejemplo, unos cines). Lo que se hace es dejar manos libres al promotor en el 75% de la edificabilidad de la parcela para que encaje con las demandas de los operadores que quieran instalarse, ya sea comercio, que se supone que será el uso principal, o recreo y ocio.
Todo está ya en manos del pro
motor. Esto no quiere decir que no haya alegaciones a la modificación del plan que se ha dictaminado esta semana porque un uso comercial tiene un aprovechamiento lucrativo mayor. Pero por parte de la administración municipal ya se ha hecho toda para que esta vez sí el promotor no falle y de verdad haga aquí un centro comercial. No importa tanto la fecha, que nunca se cumple, aunque el promotor no puede eternizarse porque seguramente esto le penalizará en los contratos que tenga con los operadores. Lo que importa es que en este sitio, tras dos décadas de intentos, se haga por fin el centro.
El promotor, Kronos Parque Matadero, anunció el pasado mes de marzo que la primera fase del centro comercial estaría a finales de 2024. Esa primera fase solo desarrolla un cuarto de la edificabilidad que tiene la parcela. Con el acuerdo de esta semana, que aún tardará varios meses en ser definitivo, el promotor podrá afrontar la segunda fase del centro que esta vez sí será comercial.
La ciudad de hace veinte años no es la de ahora, entonces lo que se necesitaba era tener un centro de ocio como alternativa al botellón que asolaba la plaza Mayor. Pero cuanto se hubiese avanzando si la flexibilidad de ahora para el uso de la parcela se hubiese acordado entonces, hasta la parcela se habría vendido antes y habría dejado mayores ingresos en las arcas públicas para reinvertirlos.
Esta semana se ha tomado un acuerdo que los distintos promotores venían demandando desde hace dos décadas