¿Donde está Monago?
Ni una sola aparición pública. Ni una sola foto. Ni una sola palabra. El que hasta hace muy poco fuera líder del PP en Extremadura, José Antonio Monago, y el único presidente popular que ha tenido la región ha sido borrado de un plumazo en esta campaña electoral. Como si no existiera. Presencia cero. Ni una sola alusión al antecesor. ¿Por qué? Varias teorías, porque es de todo menos normal.
Lo cierto es que uno de los argumentos del PP de Guardiola es que Extremadura no puede seguir en manos socialistas, que lleva toda la vida bajo unas siglas que, por resumir, solo le hacen daño. Eso dicen una y otra vez. Es como si de repente todos ellos hubieran olvidado que existió un presidente llamado Monago, de su propio partido, del PP, que ganó las elecciones y que gobernó gracias a la abstención de
Si ahora lo sacan de paseo, el argumento de `aquí toda la vida el PSOE' pues se les cae
IU. Y que tras cuatro años de legislatura, en las siguientes elecciones, perdió la votación. Su gestión no convenció lo suficiente y tuvo que volver a la oposición. A lo mejor es que si ahora lo sacan de paseo, el argumento de `aquí toda la vida el PSOE' pues se les cae. Borrar la memoria. Un clásico.
Teniendo en cuenta que esta campaña electoral del 28M está siendo más bien sosa y plana (no solo en el seno de los populares, sino en general, a ver si la próxima semana se anima), yo echo de menos una voz ácida, una crítica afilada, una pose más natural, menos marketing organizado, menos tiempos medidos y más improvisación en las intervenciones. Ese reprís y agilidad mental para contestar sin tener que acudir al guión preparado. Porque se nota y sale mal.
Quizá a veces se olvida que la política también es un arte. El de la oratoria, el de la elocuencia. Hablar para deleitar, conmover o persuadir.