Esperemos no naufragar
Nacho Vegas cantó una canción para Isabel, o de Isabel (no lo voy a buscar: desde hace un tiempo, me interesan en mi vida menos los datos exactos que los recuerdos que reconstruyo), que vivía en un coche, que se drogaba, que vivía en la calle y era un dramón, aquello, porque no tener techo siempre es un dramón. Yo la escuchaba cuando acababa de trabajar con todos los yonkis de Sevilla (nunca he sido capaz de escribir «yonqui», a mí me gustan las kas y, al final, el idioma lo hacemos los hablantes). Esta tarde está en el Teatro López de Ayala de Badajoz y mañana sábado en el Gran Teatro de Cáceres y Nacho Vegas tiene su público. Un público muy fiel. Unos le llaman chaval y otros le dicen caballero. Un día casi conoció a Michi Panero y él, que no es buen amante, que sabe que se va a morir y que lo ha pasado bien, lo contó en una canción.
También le canta al desamor y reescribe la espiral de prometer hacerlo bien, de cometer un nuevo error, de no saber pedir perdón, de pedir perdón demasiadas veces y de escupir una oración helado de terror, cuando sabe que ningún dios va a responder jamás.
Parece un enfant terrible pero habla mucho de amor.
Va a haber muchos conciertos este fin de semana. Leo, no sé cómo he llegado a ella, una frase de la carta de suicidio de Violeta Parra: «Yo no me suicido por amor. Lo hago por el orgullo que rebalsa a los mediocres».
Los de la Asociación Juvenil Sambrona, de los que me declaro fan absoluta porque organizan unos saraos maravillosos en los que siempre conoces a gente interesante, han montado un festival itinerante de músicas en la periferia que se llama Dispares. Será hoy, en la plaza de España de Alburquerque. Actuarán los Supertennis (su `Todo irá bien' es uno de mis grandes himnos), Daniel Cárceles y la Banda y The Polers, que son artistas locales y nos dicen que el festival será «una plataforma para el talento regional con la participación de Mala Sangre con su electrónica experimental, y los ritmos urbanos de la prometedora artista Cecilia Zango, que viene de triunfar en el escenario del pasado Festival Womad Cáceres2023». Será a partir de las nueve de la noche. Con esta actividad también están participando en un proyecto de investigación: Archivo de la música en Alburquerque ahora que el Contempopránea se
ha ido a Olivenza, pienso), que recoge «testimonios, cronología de eventos, fotografías, vídeos, etc. de la música alburquerqueña desde los años 70 hasta la actualidad».
Hace poco estuvieron reflexionando sobre urbanismo feminista con Adriana Ciocoletto, del Colectivo Punto 6. Son un grupo de arquitectas y sociólogas e integradoras sociales que realizan proyectos para repensar los diferentes espacios. Quieren romper con las
discriminaciones y jerarquías que priorizan unos usos de la ciudad en lugar de otros. Por ejemplo, que la ciudad esté construida para los coches. Que haya barrios sin centros de salud o con menos servicios porque allí viven personas migrantes mayoritariamente o personas gitanas o personas con bajos recursos. Las estructuras de poder influyen en el uso y en la configuración de los espacios: por eso hay ciudades que eligen bancos con apoyabrazos separadores:
para que los sintecho no se puedan acostar allí.
Las pasadas elecciones generales, no sé si aquí o en otra parte, dije que el primer político que hablara de cultura en el debate nacional tenía mi voto. Solo la nombraron: no se detuvieron a explicar ninguna idea, ninguna línea maestra de actuación. Ahora, que volvemos a estar inmersos en una campaña electoral, municipal y autonómica pero que parece nacional, solo le pido al próximo
presidente de la Junta de Extremadura que nombre a un consejero y a un equipo de la consejería (es decir, directores de los distintos organismos) que no vengan dados por ninguna cuota. Que parezca que les importa. No digo que le interese: la cultura no le interesa a los políticos: de esa consejería les interesa que tienen a mucha gente contenta con muy poco dinero: eso en Fomento y Agricultura no pasa-sí, no hay Fomento aquí, pero ustedes me entienden-. Tengo esa esperanza, fíjense, porque a mí a ingenua no me gana nadie. La esperanza de que nombre a alguien y yo piense: «Oh, mira qué bien». Porque, durante esta legislatura, por ejemplo, he llegado a pensar que la Fundación Extremadura de Cine y la Fundación Extremeña de la Cultura habían desaparecido del todo. Se puede trabajar en silencio, no digo yo que no, pero, ejem: tenemos Facebook, Twitter, Instagram, notas de prensa, medios de comunicación por doquier, `freelances', gabinetes de prensa.
Aprender de la OEx: una temporada incansable y un servicio de prensa de película. De esos que te hacen pensar: «What a wonderful world». `De película' se llama su programa de estos días (comenzaron ayer en Badajoz: hoy van a Plasencia y mañana a Mérida). Con los actores de doblaje Luis Posada y Jordi Brau. Nos van a llevar por un viaje que va desde `La vida es bella' a `Piratas del Caribe' o `Titanic.
Esperemos, en la próxima legislatura, no naufragar.