El calor `limpio' que quiere mover el planeta
La energía térmica o calorífica se considera fundamental en numerosos sectores. Sin ir más lejos, resulta básica para las fábricas de transformación de alimentos, industrias dedicadas a papel y cartón, embotelladoras, textiles, farmacéuticas o químicas, y por supuesto para los hogares. Sin embargo, su generación a gran volumen depende aún de los combustibles fósiles que contaminan el planeta. «Hay que crear nuevas soluciones respetuosas con el medioambiente, y a la vez económimas cas para la sociedad».
Lo afirma Breogán Pato (Coruña, 1983), director del Departamento de Almacenamiento Térmico del CIIAE. Junto con el hidrógeno y el almacenamiento eléctrico (baterías y supercondensadores), completa las tres líneas de investigación de este centro cacereño con el objetivo de descarbonizar el planeta mediante alternativas limpias.
«Por un lado –detalla--, vamos a desarrollar nuevos materiales que nos sirvan para almacenar calor y frío. Uno de los principales problePor en la actualidad radica en que el calor no se puede conservar durante mucho tiempo, y aunque existen avances con el uso de la electricidad y del hidrógeno, queda bastante investigación por delante».
Así, una de las líneas se centrará en la mejora de los materiales para mantener el calor durante un periodo más prolongado. Otra estudiará reducir tanto los materiales como las instalaciones. «Si hablamos de almacenamiento térmico, se nos vienen por ejemplo a la cabeza las famosas plantas termosolares de Abengoa, conjuntos de espejos que concentran los rayos del sol sobre una torre colectora. Ahora mismo se utilizan los nitratos, que son muy económicos, tienen estabilidad y ofrecen relativamente buenas propiedades, pero hay que emplear muchísima cantidad y el futuro pasa por reducir todo ese volumen que exige hoy la energía térmica, buscar materiales energéticamente más densos para generar calor», aclara este químico con postdoctorado y un largo periplo investigador en distintos países.