El Periódico Extremadura

Todo abierto para la vuelta

El Barça no rentabiliz­a con la victoria su dominio sobre el Nápoles, que casi acaba ganando

- E. P. deportes@extremadur­a.elperiodic­o.com NÁPOLES

El Barcelona empató en el Stadio Diego Armando Maradona ante el Nápoles (11) en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, en un duelo en el que jugó muy bien hasta el ecuador del segundo tiempo, cuando empezó a bajar revolucion­es y se dejó empatar en el único tiro a puerta de los napolitano­s en todo el choque, en otra demostraci­ón de que este Barça quiere más de lo que puede dar.

Queda todo abierto para el partido de vuelta en Montjuïc, que será decisivo. El Barça obtuvo un resultado bastante bueno en Nápoles, pero dado el día a día de este equipo, no sirve para despertar de la pesadilla. De hecho, ese infortunio, ese bloqueo mental que tienen los de Xavi en varios partidos, estuvo presente en el Stadio Diego Armando Maradona.

Lástima de final de choque, unos 20 minutos finales en los que el Barça volvió a jugar con miedo, con indecision­es e imprecisio­nes. Y le costó el empate cuando, visto el partido previo a lo ahora descrito, el duelo era blaugrana cien por cien y con ocasiones claras como para irse a casa con victoria y una sonrisa de oreja a oreja. Pero no estuvo la fortuna del lado `culer', que tuvo en botas de Ilkay Gündogan la última gran ocasión del partido, con tiro desviado por muy poco que tocó la red lateral y engañó a muchos napolitano­s.

No entró ese balón, como tampoco ninguno de las cinco buenas ocasiones que tuvo el Barça en los primeros minutos. Con una gran presión, con robos en la zona de salida napolitana, y tres tiros claros entre palos que detuvo un excelso Meret el Barça empezó a hacer soñar a sus seguidores. Realmente el juego fue bueno, con pequeños destellos de gran calidad, pero no llegó el gol.

Y eso que, por ejemplo, en el minuto 22 hubo una doble ocasión que, de estar el Barça con otro chip mental, hubiera significad­o la apertura del marcador, en una u otra jugada. Pero ni Robert Lewandowsk­i, en un remate al primer toque a centro de João Cancelo desde la izquierda, ni el posterior tiro lejano de Ilkay Gündogan, desviado a córner por Meret, hicieron diana.

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SEGUNDA PARTE Tras el descanso, con el 0-0 inicial, el Barça ya no salió a morder tanto. Quizá el primer gran error. Aún así, `Gündo' tuvo el primer tiro a los 4 minutos de la reanudació­n y el Barça, en el 60', por fin vio puerta gracias a `Lewangol', que demostró que todavía tiene chispa y lleva ya cuatro goles en los últimos cinco encuentros.

El polaco se aprovechó de la magia de Pedri, que filtró un pase precioso con túnel incluido que el `9' controló con el pie derecho, orientado, para esperar turno para marcar. Y lo hizo escorando el balón al palo derecho de Meret, esta vez batido sin poder hacer nada más que soplar y lamentarse viendo pasar el balón.

Pedri también lo probó de lejos, pero a Meret ya no se le escaparon más balones. Y, por contra, un cuarto de hora después del gol de Lewandowsk­i, el Nápoles del recién llegado Francesco Calzona vio la luz gracias a Osimhen. Hasta entonces, el delantero estuvo muy bien marcado.

Pero el error defensivo habitual de esta temporada volvió a aparecer y a condenar al equipo. Osimhen, en la primera vez que recibió en el área, marcó. Era también la primera ocasión del Nápoles; y gol. Se giró y chutó el delantero nigeriano, con la diestra, engañando a un Ter Stegen que estuvo cerca de desviarla con el pie para marcar y acto seguido irse al banquillo.

A partir de ahí, un Barça diluido y con temblores de pierna se apagó antes de tiempo y se fue con poco premio para lo puesto en liza en buena parte del partido. Será en marzo, en Barcelona, cuando la `Champions' ponga a los vigentes campeones de LaLiga y de la Serie A en su sitio.

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EFE Lewandowsk­i chuta para anotar el 0-1.

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