De Atrio al cielo
El Colegio Mayor Universitario San José nombra Padrino de Honor de la XIII Promoción de Colegiales al prestigioso chef Toño Pérez en un acto que reúne a lo más granado de una ciudad que volvió a poner el foco en la impronta cultural de los museos
Ahora que tan de moda se ha puesto la tropa (incluido en ella el cura miajadeño Francisco Torres Gil, a la sazón párroco de Aldeanueva de la Vera) que oraba en el programa La Sacristía de la Vendée para que el Sumo Pontífice se fuera al cielo cuanto antes, resulta esperanzador que el padre Fernando Alcázar diga: «El Papa Francisco es un crack, cuando los jóvenes echan por tierra la Iglesia y machacan a las monjas, les hablo de él y siempre contestan: en ese sí creemos».
Y es que tiene Fernando ese halo de cura convincente que arrastra a las masas, que protagoniza homilías en tropel y que da la vitola merecida al clériman de la curia diocesana. Alcázar lleva 11 años como director del Colegio Mayor Universitario San José, creado en 1974, del que la Fundación Caja de Extremadura es propietaria y encargada directa de su gestión.
Con 104 residentes, el centro tiene a bien cada año aprovechar su semana grande, organizada por el Consejo Colegial, no sólo para honrar a su patrón, San José, sino para nombrar a un padrino de honor. El de la XIII Promoción de Colegiales ha sido esta vez Toño Pérez, chef del restaurante Atrio, con tres estrellas Michelin. Toño se merece el galardón porque ha sabido, junto al amor de su vida y su socio, Jose Polo, poner a Cáceres en el foco de la alta cocina internacional. Era esperado, por tanto, que la cena de gala celebrada anoche con las autoridades, familiares, colegiales y personal docente fuera una delicia. Allí había jamón, queso del bueno, gambas a la gabardina y luego todas esas florituras que ahora llaman carnes encebolladas, que no son más que la carne con aderezos de la huerta que nuestras madres nos cocinaban cuando éramos chicos.
Estaban todos. Fernando, por supuesto, que además fue en 2019 el único cura que presidió una mesa electoral, que es amigo de Carmen Lomana y que bendijo el noviazgo de Sara Carbonero e Iker Casillas (y eso que salió rana). Por cierto, Casillas ha paseado estos días su palmito por Navalmoral de la Mata y ha presumido de Extremadura en sus redes sociales (bienvenida sea la promoción).
No faltaron tampoco el concejal Pedro Muriel (que no se pierde una), Jesús Torrecilla, director de la Escuela Politécnica, o Pilar García Ceballos-Zúñiga, presidenta de la Fundación Caja de Extremadura.
Toño se une así a la lista de padrinos del colegio, entre ellos, el exministro Jaime Mayor Oreja, el extrenador nacional Vicente del Bosque o el laureado escritor (de Villanueva de la Serena) Jesús Sánchez Adalid.
Fue el de ayer un viernes que casi cierra una semana en la que hemos dicho adiós con tristeza al empresario Manolo Méndez (fundador de la Colchonería San José y que tanto trabajó por el comercio de Cáceres).
Del San José nos fuimos al Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, donde la consejera de Cultura, Victoria Bazaga, el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Morales, y el concejal de Cultura, Jorge Suárez, presidieron el Congreso de la Federación de Amigos de los Museos (felicidades Alejo por la buena gestión) y que volvió a demostrar que esta ciudad tiene más que posibilidades de alcanzar la Capitalidad Cultural Europea en 2031. La complicidad de todas las instituciones será básica en este empeño. Porque padrinos, tenemos; y si no, que se lo pregunten a Atrio, que tras su paso por el Colegio San José con el padre Fernando como guía, ya se ha ganado el Reino de los Cielos.
El padre Fernando es cura y amigo de Sara Carbonero y Carmen Lomana