Extremadura es la comunidad con menos migración del país
Solo el 5,5% de la población es extranjera, frente al 18,1% de la media del conjunto nacional Desde el inicio de la crisis en Canarias la región ha acogido a 1.500 migrantes. Ahora hay 700
La migración ha vuelto de nuevo al debate político extremeño después de que el nuevo portavoz nacional de Vox, el diputado autonómico madrileño José Antonio Fúster, anunciara esta semana que su formación «no va a permitir» que las comunidades en las que gobierna con el PP, entre ellas en Extremadura -también gobiernan juntos en Comunidad Valencia, Aragón y Castilla y León- reciban «inmigrantes que han entrado de forma ilegal en España». Se negó a caer en el «falso buenísimo», como denominó al acogimiento de migrantes, por lo que «en los gobiernos autonómicos en los que esté Vox no vamos a permitir que se trasladen inmigrantes que han entrado en nuestro país de forma ilegal». Y agregó que «no vamos a colaborar jamás con las mafias, con el tráfico de seres humanos».
Estas declaraciones han puesto de manifiesto, una vez más, las discrepancias entre los dos socios de gobierno en Extremadura. Mientras el PP garantiza que se cumplirán los acuerdos de la conferencia sectorial y que asumirá sus competencias en este asunto, Vox se sitúa en la misma línea que su partido a nivel nacional: «No vamos a comulgar con la inmigración ilegal seamos parte del gobierno o no seamos parte del gobierno», es el mensaje que traslada Vox.
En este sentido, el portavoz popular, José Ángel Sánchez Juliá, defiende que la Junta cumplirá la legalidad y alude a que es necesario «prestar ayuda a quien lo necesita». Y mientras, Fernández reitera que su partido rechaza la «inmigración ilegal» ya que «los recursos de la nación tienen que estar enfocados a las necesidades de los españoles». Sánchez Juliá reivindica, eso sí, coordinación e información fluida entre el Gobierno y las comunidades autónomas para poder gestionar la llegada de los migrantes de la forma correcta. El delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana, se refirió también ayer a este asunto, para defender asimismo la acogida: «Hay que ser solidarios y perseguir a las mafias que intentan introducirlos en Europa engañándolos».
/ TODOS EN EL ALBERGUE DE MÉRIDA Este cruce de posturas se produce por el reparto de los migrantes que llegan a Canarias. Desde octubre, cuando comenzó la crisis migratoria en las islas, Extremadura ha acogido a 1.500 migrantes, aunque actualmente queda menos de la mitad, 700. Todos están en el albergue municipal de Mérida, que gestiona Accem. Al principio estos migrantes fueron también trasladados a la capital cacereña y a Malpartida de Cáceres, pero actualmente todos se concentran en la capital autonómica. Accem les provee de lo necesario, les informa de su situación y de la documentación que necesitan para mantenerse en España. Les ayuda además a trasladarse al lugar que deseen, pues lo habitual es que estas personas decidan no mantenerse en Extremadura.
No obstante, a pesar de que los flujos migratorios han aumentado en la región precisamente por la crisis canaria, Extremadura es la comunidad con menos porcentaje de inmigración. Así se desprende del informe Focus on spanish society (que traducido sería algo así como enfocado en la sociedad española) del centro de análisis Funcas, que recoge que en la extremeña la población extranjera representa solo el 5,5% del total de habitantes, frente al 18,1% que supone en el conjunto nacional. Por contra, hay comunidades como Baleares donde la inmigración representa el 27,4% o Cataluña y Madrid, con el 23,8 y 23,5%, respectivamente. Además, la diferencia de Extremadura con la segunda región con menos inmigración, Asturias, también es grande; ya que la población extranjera en la comunidad asturiana supone el 10,2%; casi dobla a la de Extremadura. La siguiente por la cola es Castilla y León, con un 10,7% de personas nacidas en el extranjero; y Galicia, con el 11,2%.
La mayor parte de los extranjeros que residen en Extremadura son personas adultas, mayores de 25 años. En concreto, según este informe de Funcas, el 39,5% tiene entre 25 y 44 años y el 8% es mayor de 65 años. Unas cifras parecidas al conjunto de España, donde de media el 41,7% de los migrantes tiene entre 25 y 44 años y el 8,9% está en edad de jubilación.
La mayoría de los extranjeros que vive en la región tiene entre 25 y 44 años (el 39,5%). Solo el 8% supera los 65
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ESPAÑA, A LA CABEZA Aún así, en el contexto europeo, España sí se encuentra entre el grupo de países con una proporción más elevada de inmigrantes. En 2023, el porcentaje de población nacida en el extranjero en el conjunto de países de la Unión Europea ascendía, según datos de Eurostat, al 13,3%. España, con un 17,1% de residentes nacidos en el extranjero en 2023, se situaba ese año (último disponible) a corta distancia de países con una larga tradición de acogida de migrantes, como Suecia (20,4%) y Alemania (19,5%), y por delante de Francia (13,1%) y del resto de países del sur de Europa, como Portugal (16,1%); Grecia (11,3%) e Italia (10,9%).
Para Funcas la migración desempeña un papel «cada vez más importante» tanto en el mercado laboral como en las estructuras sociodemográficas de las sociedades europeas. «El peso y la composición por edades de los inmigrantes refleja no sólo el potencial de estas sociedades para atraer nueva población, sino que también plantea la necesidad de establecer una discusión pública sobre las implicaciones a largo plazo para las sociedades envejecidas en términos de integración, ajuste del mercado laboral y protección social».