Un giro alocado y valiente a la ciencia ficción
Netflix estrena la trilogía `El problema de los 3 cuerpos'
Qué puedes hacer como creador televisivo después de `Juego de tronos', una serie tan grande y, a menudo, elocuente, que logró llevar la fantasía incluso a sectores de población o votantes de premios antes poco interesados en ella? La opción cobarde sería bajar el fuego, probar con el drama humano, abrazar alguna fórmula segura. Otra, más kamikaze e interesante, es adaptar `El problema de los 3 cuerpos', trilogía del escritor chino Cixin Liu que abunda en ideas e imágenes prácticamente infilmables.
Con su primera serie creada para Netflix, el tándem formado por David Benioff y D.B. Weiss, aquí apoyado por el chino-estadounidense Alexander Woo ('True blood', segunda temporada de `The terror'), parece haberse propuesto convertir una catedral de ciencia ficción cerebral en una obsesión pop global. Como en el primer libro, la acción arranca en Pekín durante la Revolución Cultural. La astrofísica Ye Wenjie (en esta época, Zine Tseng) asiste aterrada al asesinato de su padre, profesor de Física, a manos de la Liga Roja durante una sesión de lucha. Seguimos a Wenjie en su camino conocido: arrastrada a una brigada de trabajo en la Mongolia Interior, enchironada durante un tiempo y reclutada para lo que parece un proyecto de investigación armamentística a gran escala.
La vemos tomar, así es, cierta decisión capaz de reverberar en las décadas e incluso los siglos posteriores.
Pero el grueso de la acción se desarrolla en el Londres actual, donde el drama histórico da paso al `thriller' antes de que la ciencia ficción empiece a filtrarse en la ecuación. Corresponde a Benedict Wong calzarse el rol de Clarence Shi (Shi Qiang en el libro), agente
El grueso de la ficción se desarrolla en Londres, y antes de la ciencia ficción entra en escena el `thriller'
de inteligencia estratégica que investiga una plaga de suicidios de científicos, sobre todo del área de la Física, una comunidad alterada por los extraños resultados generados en los últimos tiempos por los aceleradores de partículas; experimentos capaces de invalidar las leyes conocidas del universo.
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CIENCIA FICCIÓN El investigador en nanomateriales Wang Miao es ahora una mujer, Auggie Salazar, encarnada por Eiza González. Y es también, en cierto modo, la investigadora de física teórica Jin Cheng (Jess Hong), por
que aquí es ella quien descubre cierto juego de realidad virtual que hace avanzar la acción en direcciones insólitas.
Benioff, Weiss y Woo remezclan a su gusto a algunos personajes, aportan algunos nuevos o se traen a la trama del primer volumen a creaciones que no aparecían hasta el segundo y tercero. Cambian también el tono de los libros, apostando más a conciencia por el humor o la emotividad. Sin descartar los conceptos de ciencia y física, buscan una ciencia ficción algo menos `hard', capaz de atrapar al mayor público posible, en una operación similar a la practicada por David S. Goyer al convertir la saga `Fundación' de Asimov en una `space opera' cargada de sensualidad y aventura. Los amantes de la trilogía literaria quizá requieran un tiempo para aceptar los ajustes; cuanto antes lo consigan, antes podrán disfrutar alegremente de uno de los viajes más gozosos, incluso con sus ocasionales altibajos, de la televisión de todos los tiempos.
Porque `El problema de los 3 cuerpos' sigue siendo una serie que hace honor a la imaginación desatada de Cixin Liu, con todas las traumáticas consecuencias que eso conlleva. Aunque nunca olviden del todo el poder de la ligereza, sus creadores se toman en serio la amenaza existencial en el centro de la acción, que no revelaremos aquí para ayudar a que la experiencia sea aún más inolvidable. Y se preocupan por lograr poner en imágenes muchas grandes invenciones del autor chino, como esos escenarios de realidad virtual con cuerpos deshidratados, enrollados y vueltos a hidratar, cierta misión imposible en el Canal de Panamá o esas herramientas inimaginables de alcance omnisciente.
En otras palabras, se esfuerzan en mostrarnos lo nunca visto.