8 horas de viaje desde Sevilla
El convoy que salió a las 16.54 de la estación de Santa Justa llegó a Mérida a las 22.40 y luego los pasajeros tuvieron que viajar hasta Cáceres y Plasencia en autobús. Una viajera placentina se queja: «Estuvimos sin beber ni poder ir al baño en estacione
No imaginaba una placentina prefiere no dar su nombre- que el viaje en tren de este domingo de Sevilla a Plasencia iba a durar ocho horas, tres más de las previstas. Está indignada por lo vivido desde que, dos horas después de iniciar el recorrido a las cinco de la tarde, los pasajeros recibieron una comunicación de Renfe en sus correos. Entonces, se encadenaron unas situaciones con otras, «a cual más surrealista», que no terminaron hasta que llegó a su casa, a la una de la madrugada.
Explica que el tren salió de la estación de Santa Justa a las 16.54 y, a las 19.17 horas, «a los pasajeros nos llega un correo electrónico en el que se dice que, debido a una incidencia técnica en la infraestructura, el tren se encuentra detenido y estábamos en marcha».
No llegaron a Zafra hasta las 19.30 horas y «allí permanecimos en la puerta de la estación, sin bar ni máquinas para comprar agua, ni baños o sitio al que ir en los alrededores». Según relata, así estuvieron dos horas, «en las que se nos dijo que iban a venir dos autobuses. Uno llevaría a la gente cuyo fin de trayecto era Mérida y otro al resto de pasajeros, pasando por las estaciones de tren previstas para ir recogiendo viajeros. Una señora en silla de ruedas fue recogida en Zafra por un taxi adaptado».
Pero, «finalmente nos dicen que nos subamos a nuestro tren,
que habían limpiado las vías y que por la zona afectada, el tramo Los Santos de Maimona-Villafranca, iríamos a 10 km por hora. Cuando pasamos por la zona las piedras chocaban con los bajos del tren».
Usuaria del bono
Llegaron a Mérida a las 22.40 horas y, diez minutos después, partieron en un autobús hacia Cáceres y Plasencia. «Primero llegamos a la estación de tren de Cáceres, sobre las doce de la noche. El conductor dijo que nunca había entrado en la estación y se equivocó.
Entró por el acceso a vehículos, se quedó atascado y, para no rozar el autobús, con la ayuda de la Policía Local consiguió sacarlo».
La siguiente parada fue la estación de Plasencia. El conductor tampoco sabía llegar y ella misma tuvo que indicárselo. Además, en previsión de que no hubiera taxis, dada la hora que era, «llamé a todos los taxistas que figuran en internet y solo respondió uno». Llegó a su casa «a la una y cuarto de la madrugada» y muy indignada: «no por tener el bono somos pasajeros de segunda», se queja.
«En Zafra se nos dijo que iban a venir dos autobuses y, después de dos horas, nos dicen que subamos al tren»