Hartos tras 12 días sin ascensor: «Así no se puede vivir»
Los residentes de un bloque situado en Aldea Moret exponen la pasividad de la empresa
«Llevamos doce días con el ascensor averiado y hay vecinos que no pueden ni salir de casa». Son las palabras de Manuel Borrella, presidente de la comunidad de vecinos del edificio situado en la calle Río Ródano, número 8, del barrio cacereño de Aldea Moret, indignado por una situación «que viene de atrás» y que está provocando la irritación entre sus residentes. Como José Manuel Ojalvo, otro de los vecinos del bloque, harto de un panorama que limita su movilidad y la del resto y que, según afirman, ha provocado que algunos abandonen momentáneamente sus viviendas hasta que se resuelva el conflicto.
El edificio, que se encuentra en buenas condiciones y «no presenta ningún signo de vandalismo», como subraya Borrella, pertenece a la Junta de Extremadura y en 2022 cambió la empresa que estaba a cargo del mantenimiento del ascensor, TK Elevator, para reducir costes. Sin embargo, con la nueva compañía, General Elevadores, los problemas se han ido sucediendo y, en el momento de la denuncia, llevan doce días sin poder hacer uso del mismo y casi un mes con dificultades de todo tipo. «Aquí no viene nadie y el deterioro cada vez es mayor», según añade Borrella.
Aseguran que durante este tiempo han tenido que rescatar a varios vecinos que se han quedado atrapados en el interior del ascensor, con el riesgo que ello conlleva. «Es vergonzoso. Aquí hay gente con problemas de movilidad que no puede ni subir ni bajar escaleras», señala Ojalvo.
Ambos, como inquilinos que pagan su mensualidad a la Junta, con la que mantienen el contacto, indican que desde la Consejería de Administración Pública les han confirmado que es la empresa de elevación quien tiene la obligación de llevar a cabo las labores pertinentes
para la reparación del ascensor.
«El problema surge cuando llamamos a la empresa y nos dicen que no tienen la pieza necesaria y que tienen que pedirla», sostiene Borrella. «Pero en los tiempos en los que estamos no es posible que pueda tardar tanto con una situación urgente como la que tenemos», agrega Ojalvo. Los dos vecinos insisten en que llaman diariamente pero que ya ni obtienen respuesta.
«Nos dan largas, no nos cogen el teléfono y tenemos que llamar desde números que no tienen registrados para que nos atiendan, aunque la respuesta es siempre la misma», dice el presidente de la comunidad vecinal. «Encima tienen la cara de decirnos que tienen mucho personal de vacaciones», comenta estupefacto.
«Se están riendo de nosotros, así que les hemos dicho que vamos a denunciarlo públicamente»,
prosigue Ojalvo, que lamenta que desde que el asunto está en manos de la nueva empresa no se realizan revisiones periódicas y que, cuando han acudido para reparar alguna avería, lo han hecho con prepotencia. «Antes estábamos muy satisfechos, el problema ha sido con el cambio de empresa, porque no se puede dejar así a la gente y que cada día nos levantemos sin saber siquiera si vamos a poder salir a hacer la compra», concluye.