El Periódico Mediterráneo

Estados Unidos y China se dan un respiro en la batalla comercial

Pekín aumentará las importacio­nes de EEUU para nivelar los intercambi­os entre los dos países Trump amenazaba con gravar los productos chinos por valor de 150.000 millones de dólares

- RICARDO MIR DE FRANCIA mediterran­eo@elperiodic­o.com WASHINGTON

Las dos mayores economías del planeta han llegado a un acuerdo para darse temporalme­nte una tregua en sus disputas comerciale­s, una muestra de la voluntad de entendimie­nto que existe entre los dos países a pesar de las amenazas cruzadas para enzarzarse en una guerra comercial. China se ha comprometi­do a aumentar las compras de bienes y servicios estadounid­enses, pero en contra de lo que quería la Casa Blanca se ha negado a aceptar una cifra para reducir su superávit en la balanza comercial con EEUU. La entente no es más que una victoria pírrica para la Administra­ción de Donald Trump que, no obstante, ha dejado en suspenso la amenaza de imponer nuevos aranceles.

«Por ahora hemos dejado en suspenso la guerra comercial», dijo ayer el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin. «Hemos acordado suspender la imposición de aranceles mientras ejecutamos el nuevo marco». La decisión sirve para alejar los nubarrones que se cernían sobre la economía mundial, que vuelve a tomar fuelle tras años de crecimient­o pírrico.

Trump había amenazado con imponer aranceles a las importacio­nes desde China por valor de 150.000 millones de dólares por violar la propiedad intelectua­l estadounid­ense, un órdago al que Pekín respondió prometiend­o represalia­s si los gravámenes se consumaban. El acuerdo llega después de dos días de intensas negociacio­nes en Washington, la última ronda de un diálogo entre dos países que se han acercado por la sintonía personal entre sus dos presidente­s y la aparente disposició­n china a cooperar en el contencios­o nuclear de Corea del Norte.

Washington tiene un déficit comercial con su rival geopolític­o de 375.000 millones de dólares, una cifra récord y sin parangón con ningún otro de sus socios económicos que saca de quicio a Trump, que lleva años acusando a China de aprovechar­se de EEUU y dejar en el paro a millones de estadounid­enses con sus prácticas comerciale­s. Su Administra­ción ha convertido la reducción del déficit en una de sus prioridade­s, pero nada parece por el momento garantizar­lo. El comunicado conjunto emitido por los negociador­es de ambos países sostiene que China se ha comprometi­do a «aumentar sustancial­mente las exportacio­nes agrícolas y energética­s estadounid­enses» con el «objetivo de reducir significat­ivamente» el desequilib­rio en la balanza comercial.

Pero el documento no incluye cifras concretas como demandaba la Administra­ción del republican­o, que el sábado llegó a anunciar un supuesto acuerdo con China para reducir en 200.000 millones de dólares el déficit. En cualquier caso, Mnuchin afirmó que el pacto supondrá un aumento entre el 35% y el 40% en las ventas de productos agrícolas estadounid­enses, mientras que la

adquisició­n de productos energético­s podría doblarse en menos de cinco años.

Varios expertos señalan que ese aumento, aceptado por China para «satisfacer las necesidade­s de consumo del pueblo chino y su demanda de un desarrollo económico de alta calidad», no significa que se vaya a equilibrar la balanza comercial. Para conseguirl­o, EEUU tendría que reducir las importacio­nes chinas o dejarlas en los niveles actuales, un escenario que depende en gran medida del sector privado.

Trump se describe a sí mismo como un maestro de la negociació­n, quizás el más grande que haya visto la historia, pero hasta ahora se ha dedicado fundamenta­lmente a romper los acuerdos firmados por su predecesor sin proveer alternativ­a alguna para reemplazar­los. Desde el pacto nuclear con Irán, al Transpacíf­ico de libre comercio o el del Clima. Ni siquiera la renegociac­ión del Nafta con Canadá y México ha llegado a buen puerto hasta ahora tras nueve meses de tira y afloja entre las tres capitales. «No estamos para nada cerca del acuerdo», dijo este fin de semana el jefe de las negociacio­nes estadounid­enses, Robert Lighthizer.

Este acuerdo inicial con China, que Washington aspira a concretar en las próximas semanas con nuevas reuniones entre ambas partes, es mejor de lo que tenía hasta ahora, pero está lejos de ser la victoria de campanilla­s que la Casa Blanca ambicionab­a. H

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Trump y Xi Jinping se estrechan la mano en Pekín, en noviembre del 2017.
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REUTERS / DAMIR SAGOLJ

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