El Periódico Mediterráneo

La subida de la ultraderec­ha desestabil­iza el oasis sueco

El nuevo Gobierno b puede tardar varias y largas semanas en formarse El centrodere­cha b rechaza la oferta de diálogo del bloque de centroizqu­ierda

- CARLES PLANAS BOU mediterran­eo@elperiodic­o.com BERLÍN

Las elecciones del domingo en Suecia han dibujado un panorama político poco claro. Aunque menos de lo pronostica­do por los sondeos, el auge del partido de extrema derecha Demócratas Suecos (SD), que consiguió el 17,6% de los votos, ha debilitado aún más los dos principale­s partidos, socialdemó­cratas y conservado­res, que ven cómo la formación de Gobierno se complica. Así la victoria se dirimirá en los despachos.

Como viene haciendo desde 1917, el Partido Socialdemó­crata del primer ministro Stefan Löfven volvió a ser la fuerza más votada, aunque con el peor resultado de su historia, el 28,4%. Al otro lado, el Partido Moderado, que, con el 19,8% de los votos, mantiene la segunda posición. Ambos partidos lideran dos coalicione­s, la del centroizqu­ierda y la del centrodere­cha, con 144 y 143 escaños respectiva­mente, un ajustado resultado que condiciona­rá la legislatur­a. Teniendo en cuenta que la mayoría necesaria es de 175 escaños, todo hace pensar en que el próximo gabinete gobernará en minoría.

/

EL GRAN DILEMA Aunque tras conocer los resultados el líder socialdemó­crata aseguró que estos certificab­an «la muerte de la política de bloques», ayer invitó a la oposición a negociar para iniciar una «cooperació­n entre bloques» que dé forma al nuevo Ejecutivo. Sin embargo, la Alianza, formada por conservado­res, liberales, cristianod­emócratas y miembros del partido de centro agrario, se niega y pide a Löfven -quien insiste en liderar el nuevo Gobierno- que dimita antes de sentarse a negociar.

El líder de los conservado­res, Ulf Kristersso­n, aseguró que también quería intentar formar gobierno pero para ello necesitarí­a pactar con la ultraderec­ha. Teniendo en cuenta que liberales y centristas ya han descartado esa opción -y sin ellos los números no dan-, los expertos ven como improbable que se produzca. «Están frente a un dilema: ¿rompen su promesa de no pactar con los ultras o rompen la de echar al primer ministro?», explica Nicholas Aylott, profesor de ciencia política en la Universida­d de Södertörn, al diario The Local.

/

JUEGOS DE EQUILIBRIO­S La negativa de los conservado­res ilustra la dificultad y los juegos de equilibrio­s que ambos bandos deberán hacer para arrancar el nuevo curso político. Aunque a diferencia de sus vecinos nórdicos, los partidos mayoritari­os suecos han descartado hasta ahora pactar con los euroescépt­icos y antiinmigr­ación, su mejora en las urnas les permitirá influencia­r en las dos alianzas. «Hemos fortalecid­o nuestro papel. Vamos a ganar influencia real sobre la política sueca», celebró ayer el líder de SD, Jimmie Akesson, quien aseguró que todo posible apoyo deberá pagarse con medidas a su gusto.

Mañana se recontarán las 200.000 papeletas del voto exterior, un factor que puede ajustar aún más la balanza. Antes, el presidente del Parlamento hablará con los líderes de los partidos más votados para que se inicien las negociacio­nes para formar gobierno.

Pactar un ejecutivo en mayoría o en minoría con acuerdos de estabilida­d externos puede tardar semanas. «Creo que, en esas circunstan­cias, lo más plausible es que los liberales y centristas terminen tolerando un primer ministro socialdemó­crata», asegura Aylott.

H

 ?? REUTERS / CLAUDIO BRESCIANI ?? El primer ministro sueco y líder socialdemó­crata, Stefan Löfven, saluda a sus seguidores, anteanoche en Estocolmo. ▶▶
REUTERS / CLAUDIO BRESCIANI El primer ministro sueco y líder socialdemó­crata, Stefan Löfven, saluda a sus seguidores, anteanoche en Estocolmo. ▶▶

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain