El ‘efecto llamada’
La violencia de género ha llegado esta pasada semana a un pueblo de la provincia. La noticia la dan los medios de comunicación social con harta frecuencia y parece –al menos lo parece-que hay un cierto efecto llamada, un contagio violento ante los numerosos casos observados. Uno, sin quererlo, recuerda las penas del joven Werther de Goethe en que, sin pretenderlo el autor, empezaron a suicidarse los jóvenes de manera contagiosa. ¿Efecto llamada? En el caso de la violencia de género la mayoría de los expertos no estaría de acuerdo, pero la manera de dar la información puede influir en la percepción del lector o del espectador. La muerte de una mu-
Informar es un deber pero hay que educar
jer afecta, sin duda, a agresores y víctimas. Informar, no obstante, es un deber, ser informado, un derecho. Visibilizar el hecho. La forma de hacerlo puede --puede, solo-- afectar a los potencialmente violentos de género. Una víctima de maltrato contaba a un periodista que el agresor, tras ver una noticia de ese tipo, le decía: «Esto es lo que voy a hacer contigo». Es cierto que una golondrina no hace verano, pero…
En Austria, en 1978, ante el cúmulo de suicidios en las vías del tren --es otra cosa, distinta a la violencia de género-- un numeroso grupo de psiquiatras intervino sobre la forma de dar las noticias y, curiosamente, los intentos de suicidio bajaron. Información, sí, pero la educación en este sentido se impone sobre todo.
*Profesor
H