El Periódico Mediterráneo

El trinquete de Vila-real, la primera gran obra de Piaf sometida a juicio

Pese a invertirse medio millón en su reforma, los trabajos se facturaron como de mantenimie­nto El caso que ahora se juzga investiga la legalidad de tres acciones que suman 1,3 millones de euros

- JOSEP CARDA jcarda@epmediterr­aneo.com VILA-REAL

El juicio que arrancó el pasado jueves en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón, con el objetivo de dirimir si hubo prevaricac­ión, malversaci­ón de fondos y falsedad documental en el marco de la relación contractua­l entre el Ayuntamien­to de Vila-real y la empresa Piaf entre los años 2006 y 2011, incluye la investigac­ión efectuada por el juez instructor sobre la realizació­n de tres obras de calado que suman algo más de 1,3 millones de euros.

Un proceso judicial que ha sentado en el banquillo de los acusados al exalcalde popular Juan José Rubert y a su concejal de Servicios Públicos, Ramón Tomás, para quienes la acusación particular que ejerce el consistori­o solicita penas de cárcel de casi 10 años. Junto a Rubert y Tomás también están encausados el técnico municipal y jefe del departamen­to de Servicios Públicos en aquel periodo, Miguel Ángel Zorrilla; y cuatro personas vinculadas a la mercantil Piaf: los hermanos Alejandro y Antonio Pons, Miguel Lobo y Francisco Vicente Berenguer.

Las obras en cuestión, según se dio a conocer en la comisión de investigac­ión que creó la corporació­n municipal, y cuyas conclusion­es dieron origen al proceso que ahora se juzga, se llevaron a cabo en el marco del contrato de mantenimie­nto vigente entonces entre la mercantil --ahora en concurso de acreedores-- y el consistori­o, pese a que los importes finales hubieran obligado a licitarlas.

La primera de las grandes actuacione­s acometidas por Piaf en Vila-real fue la reforma del trinquete local, que se acometió --incluido el derribo del antiguo inmueble-entre octubre del 2006 y marzo del 2007, y que supuso una inversión de casi 500.000 euros.

En este caso, la empresa constructo­ra presentó periódicam­ente facturas por un importe máximo de 29.992 euros --el límite para tener que licitar este tipo de trabajos estaba en 30.000 euros en aquel momento--, salvo un recibo que, también en concepto de mantenimie­nto, presentó la firma

por valor de 199.709 euros y que correspond­ía a la construcci­ón de la nueva cubierta del recinto. Un importe que contó con la nota de reparo del departamen­to de Intervenci­ón al superar el límite legal para contabiliz­arse como trabajos de conservaci­ón.

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El interior del antiguo trinquete municipal se derribó, incluida la cubierta, para dar forma a un recinto más moderno. ((
JOSEP CARDA El interior del antiguo trinquete municipal se derribó, incluida la cubierta, para dar forma a un recinto más moderno. ((

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