No es imposible y es necesario
Firma invitada Zaragoza*
Querido/a lector/a, hace apenas unos días, Blanch, responsable del PSPV-PSOE en las tierras de Castellón, decía con razón que teníamos que «preparar el futuro». Expresión que, además de que me gusta leer y escuchar, utilizó permanentemente porque su sentir es esencial para la política. Supone que el futuro no es un accidente que aparece de golpe, sino que es un proceso que se planifica y organiza con la participación colectiva y que,
Edesde el punto de vista de la izquierda, debe ser moral. O dicho de otra forma, ese ha sido el papel de la izquierda: el de intentar en medio de problemas y adversarios que el mundo gire hacia la humanización, la solidaridad y la vida digna. Tarea que ante la desgraciada realidad que vivimos y afecta a la salud, la economía, el medio ambiente, el empleo... aparece como imprescindible y urgente.
No obstante, hay que reconocer que pasar del pronunciamiento o de la esperanza a ser opción o alternativa real, no es cosa fácil. Aquí y ahora, por ejemplo, en el marco cotidiano de nuestro quehacer, de nuestras tierras, tenemos un par de problemas: nosotros mismos y la derecha. Digo nosotros mismos en el sentido de que
ste era el lema de los estudiantes del Mayo 68 francés: «La imaginación al poder», que luego se convirtió en grito de guerra de los movimientos juveniles con un significado simbólico más amplio que el de sus orígenes. Pasar de la sociedad del «tener» a la sociedad del «ser» como repetía Marcuse.
En los momentos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento, había dicho Einstein. Pero nuestras escuelas siguen pensando que las capacidades del hemisferio derecho del cerebro, como es la música o el arte, el deporte o la creatividad, por ejemplo, siguen siendo consideradas como menos importantes, mientras que las que rigen el hemisferio izquierdo (lógica, habilidades numéricas, etc.) son las realmente importantes.
Muchas veces se olvida aquello de pensar con la cabeza o sentir con el corazón, como también decía Pascal en otro contexto: Hay razones nos tenemos que creer que el futuro se prepara, se construye día a día. A tal efecto hay que salir de la modorra o la rutina, superar la simple gestión y atreverse a buscar soluciones que, aunque pequeñas, avancen en la igualdad, la participación democrática, la solidaridad... Y digo también la derecha política y social, la de aquí, la de España, porque mientras que derecha democrática europea, Macron, Merkel... hablan de que los problemas que sufrimos reclaman soluciones ambiciosas, cooperación, modelo social inclusivo, valores compartidos..., nuestra derecha no dialoga ni pacta ni en tiempos de dolor y muerte. He dicho que no es fácil, pero no es imposible y es necesario.
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*Analista político
del corazón que la razón no entiende.
En estos momentos de incertidumbre creemos que la imaginación creativa debería irrumpir en el escenario, salirnos del marco de referencia, de una manera sensata, con una cierta dosis de utopía pertinente y de imaginación. En el mundo de la Educación les proponía a mis alumnos la resolución del problema de los cuatro puntos: con tres líneas rectas unir los cuatro puntos sin levantar el lápiz del papel. O unir 9 puntos con 4 líneas rectas. Pruébelo, lector. Solo quien recurría a la imaginación era capaz de resolverlo.
La ciencia no está reñida con la imaginación. ¿Por qué, digo yo, no se echa mano de la imaginación al margen de intereses o personas? Científicos creativos, ¡al poder! El poder creador es indispensable en los logros científicos. Y, como dice la filosofía de Husserl, ir a las cosas mismas. Esto, sí.
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*Profesor