Nueva ola de denuncias por abusos en Hollywood
► Marilyn Manson, Hammer y Weaver, entre los agresores sexuales
«Tengo un historial
de hacer daño a las personas más cercanas a mí», reconoce Shia LaBeouf
Han pasado más tres años desde que los escándalos de Harvey Weinstein destaparan cientos de casos de abuso en las esferas del poder, un efecto dominó que en el 2021 ha recobrado fuerza con una larga lista de denuncias contra destacados nombres del cine, la música y la política.
La cascada de denuncias, en apenas un mes, refleja que el movimiento #MeToo, lejos de terminar, continúa descubriendo experiencias de abuso que en la mayoría de casos anunciados tienen un patrón muy similar.
Inmediatamente después de dar la bienvenida al 2021, el nombre de Armie Hammer comenzó a sonar en todas las redes sociales: se habían filtrado de forma anónima presuntos mensajes privados del actor en los que detalla perturbadoras fantasías sexuales. «Necesito beber tu sangre» o «soy cien por cien un caníbal» son algunas de las frases atribuidas a Hammer. Durante varios días el actor continuó siendo tendencia, a medida que salían más conversaciones con todo tipo de peticiones, que iban desde las mutilaciones al canibalismo. La prensa reservó a Hammer el beneficio de la duda hasta que se rescataron fragmentos de viejas entrevistas en las que admitía sus gustos sexuales «extremos».
Los testimonios de dos de sus exparejas, Courtney Vucekovich y Paige Lorenze, terminaron por confirmar su historial abusivo, que él negó en un escueto mensaje referido a «jodidas mentiras» y «ataques en internet». Inmediatamente después, Hammer perdió sus siguientes papeles.
Días después del escándalo de Hammer, la lupa del #MeToo se posó en Marilyn Manson. La polémica en torno a la siniestra estrella del metal comenzó cuando la actriz Evan Rachel Wood denunció que fue víctima de «terribles» abusos durante años por parte de quien fue su pareja hasta el 2010.
«Comenzó a acosarme cuando era adolescente y abusó terriblemente de mí durante años. Fui manipulada y me lavó el cerebro», contó. La actriz había asegurado en varias ocasiones que fue maltratada por parte de un compañero sentimental que hasta ese momento no había identificado.
Tras mencionar el nombre de
Manson salieron testimonios similares de la cantante Phoebe Bridgers y de gente que trabajó con él en su día, como la estilista Love Bailey: «No soy fan de la cultura de la cancelación, pero cuando alguien como Marilyn Manson te apunta con una pistola a la cabeza, es hora de hablar».
El músico se defendió al decir que eran «horribles distorsiones de la realidad», pero no fue suficiente para evitar que su discográfica prescindiera de su contrato.
La respuesta de Manson fue contraria a la que Shia LaBeouf ( Corazones de acero) esgrimió en diciembre después de que su exnovia, la cantante FKA Twigs, denunciase al actor por abuso físico y mental. «He sido abusivo conmigo mismo y con todos a mi alrededor durante años. Tengo un historial de hacer daño a las personas más cercanas a mí», aseguró LaBeouf al diario The New York Times.
Esta misma semana, su abogado cambió de estrategia y negó todas las acusaciones.
EN EL PARTIDO REPUBLICANO Y otro núcleo de poder, la política, ha vuelto a relacionarse con el #MeToo tras la denuncia colectiva de una veintena de hombres que fueron supuestamente extorsionados por John Weaver, un importante asesor del partido republicano. El testimonio de todos, en su mayoría jóvenes y becarios (algunos menores), coincide: Weaver solicitaba actividades sexuales a cambio de empleos en su comité de acción política, The Lincoln Project, que llegó a ser un prominente foro conservador contrario al expresidente, Donald Trump.
«Weaver llevó una vida secreta que construyó sobre una base de engaño a todos los niveles. Es un depredador, un mentiroso y un abusador», aseguró la organización después de romper todos sus vínculos con él.