Sentido común
Braina*
Esta es la semana de la no Magdalena; la segunda que afrontamos con las fiestas suspendidas por la pandemia del coronavirus. Lo primero que quiero hacer es reiterar mi agradecimiento al món de la festa por facilitar al Ayuntamiento la toma de una decisión consensuada tan dura y de tanto calado, económico, pero también sentimental, como es la de cancelar las fiestas fundacionales de la capital de la Plana.
Está siendo un año muy duro en todos los sentidos, por eso desde el
Ayuntamiento somos conscientes de que la salud es lo primero. Estamos tomando todas las medidas que están a nuestro alcance para minimizar el impacto del covid-19. Hemos cerrado instalaciones municipales cuando ha sido necesario, y las hemos reabierto cuando han mejorado los datos epidemiológicos. Propusimos que la semana de la no Magdalena fuese lectiva, para evitar aglomeraciones en las calles, collas llenas de gente, la ruptura de los grupos burbuja o que el peso de esta falta de conciliación recayera sobre la población de mayor riesgo: los abuelos. No ha sido posible. Quien tiene las competencias en Educación, la Conselleria, no ha tenido la sensibilidad necesaria ni la responsabilidad exigible para entender esta preocupante situación a la que se enfrenta Castelló. La alcaldesa ya lo solicitó nada más suspender las fiestas en el mes de enero, pero no ha sido posible. Ahora, que cada uno asuma sus responsabilidades.
También quiero aprovechar estas líneas para pedir a la ciudadanía, paciencia y responsabilidad. El virus sigue estando ahí, no se ha ido. No es momento de fiestas, no es momento de celebraciones. Es tiempo de actuar con responsabilidad y siguiendo las recomendaciones sanitarias. Ya llegará el momento en el que podamos salir a celebrar como más nos gusta; con música, con espectáculos, con ese tan característico olor a pólvora, y con la luz de nuestras gaiatas iluminando nuestra ciudad.