Los drones, los nuevos aliados de los delincuentes
Las fuerzas de seguridad vigilan el uso de estos ingenios en tareas de espionaje La distribución de drogas es otra aplicación que se da a estos vehículos aéreos
La guerra contra la delincuencia se libra ya en el cielo. Los vehículos aéreos no tripulados se han convertido en una ayuda en las tareas de salvamento y la lucha contra los incendios forestales, y tienen gran utilidad para las fuerzas de seguridad en las labores de vigilancia contra el tráfico de drogas y fronterizas. Pero estos ingenios tecnológicos son además los nuevos aliados de los delincuentes, especialmente en tiempos de pandemia: se emplean en tareas de espionaje y robo de datos, así como para la distribución de drogas y teléfonos móviles en varias cárceles españolas, sin olvidar la vigilancia de domicilios que quieren robar, sobre todo de futbolistas.
Ángel di María, jugador del PSG, es la última víctima de una banda de atracadores que utilizan drones para vigilar sus objetivos. La tecnología permite a los cacos detectar posibles accesos a la vivienda, así como todos los sistemas y las medidas de seguridad de los que dispone el inmueble.
Las fuerzas de seguridad en la zona de Galicia están atentas, especialmente ante la llegada de alguna banda especializada en el robo de viviendas. También preocupa el uso de drones en el tráfico de drogas, que sigue implicado en su reconversión particular. Los narcos se pasan ahora a los vehículos aéreos no tripulados: difíciles de detectar, guiados desde tierra y que permiten transportar hasta 25 kilos de droga.